jueves, 2 de noviembre de 2017

ERA NOVIEMBRE DE 2006 - MARÍA GOMEZ CAMINERO


Era noviembre de 2006. Yo tenía 33 años. 
Esa mañana volví a ir a mi médico de familia, una vez más. 
Me sentía fatal, no podía con mi cuerpo. 
Tenía dolores en cada rincón y un cansancio que me dejaba fuera de juego.

Iba a intentar pedir el alta, aunque aún no me sentía recuperada. 
Yo siempre iba al límite para encajar. 
Rafael me miró a los ojos y me dijo, “María, esto ya tiene toda la pinta de jubilación. 

Los resultados de los análisis están disparados. Te voy a mandar a los especialistas”
Yo me enfadé muchísimo con él. 
Entré en cólera y desesperación. ¿Cómo? ¿Jubilarme a los 33 años? 
Yo que había luchado tanto en la vida por integrarme en la sociedad hostil para el diferente….
No me podía creer lo que escuchaba. 

Yo siempre me recuperaba, y seguía adelante. 
Es verdad, que últimamente cada vez era más difícil. 
No me gustaba ni mi trabajo ni trabajar, sin embargo era lo que había que hacer para ser una más. Para ser independiente y capaz. 
Que aunque el mundo se empeñe en llamarnos “discapacitados”, jamás los encontré con más capacidades y voluntad. Eso sí, hay que demostrarlo cada día. 

Y en esas estaba cuando de repente mi palacio de cristal se desmontó de un plumazo. 
Por supuesto, no tenía ni idea de lo que me estaba pasando. 
Viví dos años de especialistas y pruebas dolorosas. 
Mis venas parecían las de una adicta al caballo, tanto me pinchaban. 
A la vez, los procesos administrativos y burocráticos. 
Cuando acabé la baja, me dieron la invalidez total. 
Con eso no podía vivir.

Enferma, sola y sin dinero suficiente para tener una vida digna. 
Fui a juicio. Afortunadamente, gané. Tuve suerte. 
Son muchos los compañeros que aún siguen de litigios por una vida digna. 
Los médicos no sabían nada, me recetaban antidepresivos que me negaba a tomar. 

Estuve a punto de tirar la toalla más de una vez. 
Fueron los años más duros de mi vida sin duda. 
Y así fue, como se presentó ante mi el Síndrome Post Polio. Enfermedad rara, como yo. 

Desconocida y absolutamente limitante para los que la padecemos. 
Siendo aún muy jóvenes, vivimos como ancianos. 
De niña aprendí a superar las secuelas que el virus de la vacuna de la Polio dejó en este cuerpo. 

De adulta, tuve que enfrentarme a él una vez más. 
Han pasado once años. Sigo aprendiendo. 
Sigo luchando por mantenerme en este mundo tan hostil para el diferente. 

Ahora, gracias a las redes sociales, sé que somos muchos. 
Ahora, gracias a las redes sociales, te lo puedo contar a ti también, que no tenías ni idea.
Y no estoy segura de si te importa, pero yo te lo cuento. 


24 Octubre. Día Internacional de los supervivientes de Polio y Síndrome post polio.


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