martes, 23 de octubre de 2018

LOS HERMANOS        -   INMA BLANCO


Mis hermanos estaban antes que yo, este es un detalle del que siempre he sido consciente, ser  la pequeña en mi familia significaba gozar de bastantes privilegios, aparte de los propios de tener unas personitas de quien aprender y que además te cuiden. Mi hermana es casi diez años mayor que yo, casi, casi una segunda madre. Mi hermano iba camino de los seis años cuando yo nací, me imagino que tubo pelusa pero yo nunca lo note porque pronto fue mi héroe.
Y vino la polio y puso mi mundo al revés, y de forma inexorable el de ellos. Pocas veces hablamos de los hermanos de los niños con discapacidad, pero soy consciente del gran pilar que han sido y son para nosotros.

Mi hermana tuvo que asumir un rol que no le tocaba por edad, paso a ser la que lavaba la ropa a mano y hacia múltiples tareas de casa para ayudar a mi madre, será por eso que siempre la vi como mucho más mayor, con la inocencia de una niña pero casi adulta.

Mi hermano era un niño tímido pero muy reflexivo (vamos que lo que me faltaba a mi lo tenía el) era muy responsable por eso desde muy pequeño mi madre confiaba  en el para mi cuidado.

Mi hermana era como un hada mágica capaz de disipar mis terrores nocturnos, era ideal para crear un mundo aparte y que en momentos de miedo me hacía volar en la noria de la feria o galopar en los caballitos del tío vivo, siempre dormíamos juntas y ya más mayores teníamos auténticas trifulcas para decidir quién apagaba la luz, porque resulta que era tan miedosa como yo o puede que más.

Mi hermano creaba personajes de voces chirriosas y conseguíamos auténticos duelos de voces en los que el casi siempre tenía las de perder ya que yo niña malcriada en cuanto me cansaba llamaba a nuestra madre y por la ley de ventaja del menor era el casi siempre el que recibía. Pero mi hermano también tenía indios y cowbois y un tren a cuerda que me hacía alucinar a través de el aprendí que los juegos de los niños podían ser infinitamente mejores que los de las niñas.

Mi hermana era una crisálida que cual mariposa se convirtió en una auténtica belleza, que lidiaba con una “marimacho” como yo intentando pintarme las uñas y que me sintiera guapa con los vestiditos que yo odiaba esperando que me dejaran ponerme pantalones.

Mi hermano me enseñó a ir en bicicleta aguantando por detrás el sillín y engañándome cuando por fin pude volar sola, también fue el que dio la cara cuando yo baje disparada por la calle que llevaba a la plaza arramblando con todo lo que se ponía delante.

Mi hermana se pasaba horas conmigo en las tardes de verano en las que no podía correr a causa de la escayola. También se hizo cargo de mi y mis manías con la comida cuando mi madre trabajaba.

Mi hermano me trasladaba sobre su espalda cuando yo no podía caminar.

Mi hermana me ayudaba a tapar mis travesuras de adolescente.

De mi hermano en mi adolescencia aprendí a amar la música de The Beatles y a leer muchísimos autores que no hubiera estado en mis manos si no hubiera sido por él.

Son muchas cosas, muchos momentos compartidos en los que ellos más que nadie nunca me hicieron sentir diferente, más bien al contrario, aguantaron estoicamente a una mosca cojonera a ratos bastante mimada.
Pienso que la mayoría de niños a quienes nos atacó la polio no somos bastante conscientes de lo importante que fue contar con ellos, de lo que significó su sacrificio ya que tuvieron que cedernos mucho más tiempo de nuestros padres, que estuvieron solos en momentos cruciales y que a pesar de todo nos amaban y nos aman inmensamente.

Creo que por lo menos yo, no he reconocido de forma suficientemente amplia lo importante que han sido y son. Hoy y de camino al día mundial de lucha contra la polio, mi homenaje va para ellos.


Ellos estaban antes que yo......


Y llegue yo la pequeña mimada.....

El invierno antes de que la polio me atacara.....

Acababa de salir de rehabilitación pero ahí estaba mi hermana.....


Lo mejor para mi hermano y yo, los días en Córdoba.




sábado, 20 de octubre de 2018

    MANOLIN Y LA PRINCESA DE LAS PIERNAS DE HIERRO

       (Relato de M Carmen Martínez-Raposo Piedrafita)



 Hace un rato que ha pasado el Doctor Juan Pablo a verme, me encanta como huele, y su  bata  blanca, llena de bolis y libretas..
     Tiene las manos enormes y suaves, siempre me acaricia la mejilla al irse y siempre me promete traer historias si hago los ejercicios, me dice que tengo que enseñarles a mis piernas a caminar para poder ir a todos los lugares de las historias que tanto él como mamá me cuentan.
     Casi siempre se sienta en mi cama y me dibuja cosas y escribe palabras...a veces me cuenta historias, que se quedan a medias, para que yo se las termine de contar al día siguiente...y se ríe.
No se ríe casi nadie aquí en el hospital.
  
    Hoy me ha dejado una libreta y un boli que no va bien (mañana le voy a decir que me lo cambie) y me ha empezado a contar un cuento de una princesa que tenia las piernas de hierro porque un hada mala le hizo un maleficio y por eso se le  estropeó las buenas y el hada buena le había regalado esas de hierro para que pudiera caminar y jugar con el príncipe valiente y los otros...

     Me ha dicho el doctor, que mañana lo termine yo,   digo el cuento y se lo cuente  cuando venga, y que yo soy como la princesa, pero en niña.

     No he entendido por qué el hada buena no había arreglado las piernas estropeadas de la princesa en vez de darle las de hierro ...
    Se lo he preguntado a mamá y no se porqué se ha quedado en silencio y he visto que tenia lagrimas en los ojos.
    Le he dicho que no se ponga triste, que el doctor me va a poner a mi bien las piernas pero que si no, he visto que en el jardín hay niños con hierros y que juegan mucho y están riéndose.

    Cuando ha llegado la hora de la merienda, como no he visto a Manolin en el gimnasio,  he preguntado por él y me ha dicho la monja que estaba un poco peor y que le habían llevado al pulmón de acero. Como no sabia que era eso Sor Carmen me lo ha explicado, es que no le funcionan los pulmones, como a mí y a la princesa las piernas, me ha dicho que si me tomo la leche, verá si puedo entrar a verle.

   Me he puesto muy pesada,  dice mamá,  pero la Sor ha venido a por mi y me ha llevado a ver a Manolin, solo se le veía la cabeza,  pero se ha puesto muy contento, le han puesto en un tubo grande que hace mucho ruido y sopla...me he quedado triste y cuando he vuelto a mi habitación le he preguntado a mamá si a mi también me van a poner  en ese sitio tan horrible, me ha dicho que no, y entonces le he pedido que me ayude a hacer el cuento para el doctor, pero en lugar de princesas, voy a hacer uno de héroe como Manolin, que no lloraba, pero yo se que tenia ganas.

    Si me dejan mañana se lo iré a contar.
Y luego, cuando ya sea mayor, yo también voy a ser médico, para inventar unas cosas para que nadie se enferme, y si no puede ser, que no les duela tanto.

En memoria de todos los niños-héroes valientes, los que siguen vivos y los que murieron y de  ese médico del que desconozco todo salvo su nombre, a mis padres que hicieron que fuera autónoma y que me prepararon para tener una existencia normalizada,  consiguiendo que mi vida estuviera llena de esperanza.
Y al doctor Adrian Sanchis, un médico rehabilitador formado en EEUU, que me acompañó a mí y mis padres, con total altruismo y siempre con una sonrisa en el duro trabajo de recuperarme en lo posible. Con él, aprendí en el Hospital Clínico San Carlos (actualmente museo Reina Sofía) los nombres de los músculos de mis piernas cuando les daba clase a los estudiantes, el que más gracia me hacía era el “tensor de la fascia lata”. Yo tenía solamente 5 años, seguramente por eso, luego decidí yo también ser médico.


jueves, 18 de octubre de 2018

ELOGIA A LAS MANOS. POR VIOLETA FLORES RUIZ

Las características anatómicas y las habilidades de las manos son fascinantes. Con frecuencia solemos subestimarlas hasta que por desgracia pierden funcionalidad o por causas extremas llegamos incluso a perderlas en su totalidad. Las manos son las palabras del corazón. Hablan, escuchan, seducen, sienten, acarician, consuelan...
Reflejan la extraordinaria belleza de lo auténtico, con un leve roce pueden ahuyentar la desdicha o la indiferencia, acabar con el desaliento, devolver la esperanza, ilusionar...
A través de ellas, podemos descubrir toda una vida ya que son el fiel testigo de todos nuestros momentos, los buenos y los malos. En los dedos residen las huellas del pasado. De la entrega, el amor, el esfuerzo ... de todo lo que ofrecemos y también de todo lo que recibimos. 
Tienen el poder de manifestar nuestro espíritu mejor que cualquier otro órgano "el cerebro manda" y las manos ejecutan. En mi caso, adquieren una importancia todavía aún más relevante. Son imprescindibles ya que no solo cumplen con las funciones propias habituales sino que además son las grandes sufridoras que con frecuencia y en silencio cada día soportan el peso de todo mi esqueleto sustituyendo mis extremidades inferiores permitiéndome andar apoyada en los bastones evitando que me tambalee o me caiga. Me ayudan a subir y bajar escaleras, a levantarme y sentarme de las sillas, de la cama, del sofá, del coche ... 
Entre otras muchas cosas, colaboran en el desarrollo de mi creatividad haciendo más agradables mis ratos de ocio mediante la escritura y la pintura. La pena que siento es observar como esas manos tan ágiles y fuertes en otro tiempo, actualmente se van debilitando progresivamente debido al sobreesfuerzo y la carga excesiva .
Actividades "tan sencillas" como abrir un grifo o una botella comienzan a convertirse en una tarea ardua y complicada. A veces, cuando la incertidumbre y el dolor se convierten en mis fieles compañeros y mis manos no responden como yo quisiera el miedo me invade, pero en ese momento recuerdo quién soy y me pongo en marcha sabiendo hasta dónde puedo llegar. Aceptando que ya nada será igual.
No me preocupa lo que en el futuro podré hacer o no con ellas, lo que realmente me preocupa es lo que podré o no seguir sintiendo con ellas. Mi prioridad, lo que más me importa y lo único que pido es no perder la sensibilidad para poder seguir disfrutando cada instante de las caricias que proporcionan a mis seres queridos. Violeta

HOMENAJE A MI MADRE.  POR VIOLETA FLORES RUIZ





Mi madre me dijo "tú podrás hacer cualquier cosa" y yo, lo mejor que hice fue creerla.
Ninguna etapa es más intensa, maravillosa y vulnerable que la infancia. Esas primeras experiencias son las que marcan el rumbo de nuestra vida. Las situciones adversas, los conflictos y problemas que vivimos en la infancia condicionan nuestra existencia como adultos. Los vínculos que establecemos especialmente con las madres son los pilares para crecer con seguridad y autonomía. Nosotros, los niños con polio padecimos lo que los psiquiatras llaman situciones de "estrés precoz" por traumas físicos o emocionales que alteran en gran medida nuestro posterior desarrollo y madurez. 
Dichos traumas infantiles tienen importantes consecuencias en el futuro. Por eso, las relaciones afectivas que establezcamos durante este periodo tienen profundas implicaciones en nuestra autoestima y en la forma en la que posteriormente nos desenvolvemos. 
Esa relación es la que nos convierte en personas abiertas y seguras de sí mismas o todo lo contrario. Cada uno de nosotros afrontamos nuestro pasado traumático de un modo diferente. Puede que para algunos sea el revulsivo por el que luchar cada día, algo que asimilar, aceptar, afrontar y superar para ser feliz. En cambio, para otros no solo se trata de un recuerdo persistente sino que además influye negativamente en la forma de relacionarse.
En este sentido, yo también me enfrenté a un pasado traumático que de no haber contado con el apoyo y amor de mi madre no hubiera sido capaz de superar. Con la llegada de la polio en nuestros hogares hubo un antes y un después. La historia de estas madres es una historia de amor incondicional, ellas junto con nosotros se llevaron la peor parte. 
No solo fueron madres en el más amplio sentido de la palabra sino que además ejercieron como enfermeras como en mi caso realizando conmigo en casa la rehabilitación que los médicos le enseñaron.
Estas madres que pertenecieron a una generación difícil cuyas vidas no fue un camino de rosas, además de los problemas habituales tuvieron que enfrentarse al dolor de nuestra enfermedad y en numerosas ocasiones a la incomprensión social. Sufrieron en soledad pero haciendo de tripas corazón con un poder de reacción envidiable, se sobrepusieron a toda clase de obstáculos dando ejemplo de temple, paciencia, sacrificio y entrega demostrando una gran dosis de realismo al aceptar que probablemente sus hijos nunca alcanzarían ciertos objetivos, pero también tuvieron el privilegio de conocer momentos de profunda felicidad y satisfacción con cada logro conseguido por pequeño que éste fuera. 
Cada progreso era el motivo de alegría que proporcionaba la energía necesaria para seguir adelante con las aspiraciones de sus hijos cuando nadie más creía en ellas. Madres a pesar de todo alegres y decididas que lucharon sin tregua por nuestra felicidad. 
Todavía no me explico como mi madre siendo aparentemente frágil pudo ser tan fuerte y tener el coraje de soñar despierta plantándole cara a la vida sin perder la capacidad de ilusionarse y emocionarse.
Juntas peleamos por mantener viva la llama de la esperanza. Superamos tormentas, cataclismos y terremotos compartiendo experiencias únicas que para siempre quedarán entre nosotras como el mayor tesoro. No existe nadie tan especial como ella y es por eso que una vez más quiero darle las gracias por sus desvelos, por permanecer conmigo en los momentos oscuros y ser la luz de mi camino, por hacerme sentir hermosa, por enseñarme a trabajar duro, por liberarme de complejos, por demostrarme que el mejor equipaje en el viaje de la vida es la ilusión....
Gracias madre, porque sé que no existe un amor tan grande como el tuyo, por ser mi ejemplo, porque aunque en ocasiones te derrumbaras por amor a mi te levantabas y seguías luchando y eso me daba la confianza para que también yo pudiera hacerlo. Gracias por tanta generosidad, por hacerme reír incluso cuando te faltaban las ganas, por ser mi cómplice, por entenderme, por no enfadarte nunca conmigo, por enseñarme a no ser rencorosa ni vengativa ...
Muchas gracias por tu humildad y tu gran dignidad. Gracias madre por ser el espejo en el que yo me puedo mirar, por ayudarme a no sentir miedo dándome alas para volar y convertir mis sueños en realidad. Gracias por que no solo me has dado la vida sino que también me has dado la oportunidad de vivirla contigo y eso si que es GRANDE.
recuerdo como con tu particular sentido del humor, sabiendo lo sensible que soy y lo mucho que tu aysencia me afectaría, decías no ibas a permitir que yo presenciara tu último suspiro. Yo decía que eso nunca se puede saber, que era una solemne tontería pero tú decías e insistías en que así lo harías. Y te reías y me reía. 
Estando ya muy malita, todavía persistía en ti esa inquietud y preocupación de siempre por mí y efectivamente cumpliste tu última voluntad. A pesar de permanecer todo el tiempo a tu lado, una vez más fuiste Muy lista y aprovechando un descuido te marchaste en silencio evitándome ese mal trago de verte expirar.

De igual manera que yo elegí un frio día de invierno para llegar a este mundo tú hiciste lo mismo para abandonarlo. Eso sí, como querías consciente y rodeada de mucho amor, como siempre con una actitud digna y positiva. No tuviste ninguna necesidad de que fuera testigo de tu partida porque todo lo teníamos dicho. Mantuvimos una conexión especial hasta el final, con solo una mirada sabías lo que quería y lo que me pasaba.
El mayor legado que podías dejarme además de tu amor infinito, son tus enseñanzas, valores y principios. Nuestro éxito radica en "no habérselo puesto nunca fácil a lo complicado". LO CONSEGUIMOS MADRE !! 
Te fuiste con el orgullo de haberlo conseguido, el mismo orgullo que hoy siento yo. A pesar de que ya nadie más podrá transmitirme esa paz y seguridad de cuando me cogias de la mano, sé que sigues cuidándome, lo noto cada día porque cuando el mundo se me hace extraño, eres tú quien me guía salvándome de la rutina, el desencanto y la melancolía. En mi corazón siempre serás eterna y permanecerás viva porque gracias a ti fui capaz de llegar mucho más lejos de lo que nadie creía. Para ti madre este merecido homenaje lleno de admiración y respeto.






Sobre Elsa Vogl  - NICARAGUA

Un Camino de Amor



Mi nombre es Maria Elsa Vogl Montealegre, soy Nicaragüense nacida el 20 de Abril de 1941, en Niquinohomo, un pueblito precioso con raíces precolombinas.
En la época de mi nacimiento no se había descubierto aún la vacuna contra la polio. Afortunadamente mis dos hermanos más cercanos, no fueron afectados.
No sé exactamente cuándo me dio la enfermedad. Eran días difíciles para mi familia. Mi padre era alemán y el gobierno nicaragüense había declarado la guerra a Alemania durante la II Guerra Mundial. Mi padre fue hecho prisionero y luego le fue dada la casa por cárcel; una hacienda cafetalera. Mi madre se hizo cargo del trabajo y papá quedó en casa con los hijos. Somos siete hermanos. Cuando tenía unos seis meses de edad sufrí una fiebre muy intensa, aparentaba dolores en el cuerpo, sin ningún otro síntoma, por lo que no supieron de que me había enfermado.
Como cuatro o seis meses más tarde, mi padre notó que mi pierna derecha estaba encogida y, al medirla, comprobó que era algunos centímetros más corta que la pierna izquierda.

Al revisarme el médico de la familia, diagnosticó que me había dado polio, y los estudios radiológicos indicaron disminución de tamaño en los huesos del lado derecho, desde el omóplato hasta la pierna, afectando la pelvis. En su opinión, yo no podría llegar a caminar.

De inmediato mi madre dijo que sí caminaría e inició conmigo un intenso trabajo de rehabilitación, que me era dado dos veces por semana en el Hospital de Managua, situada a varias horas de camino de nuestra hacienda.
Mis padres aprendieron ejercicios para hacer en casa, los que me hacían rigurosamente. Así, con alguna dificultad, logre caminar. Me cuentan que casi tenía tres años cuando di mis primeros pasos sola.

Desde niña me acostumbraron a los ejercicios diarios de rehabilitación, a la practica de la natación, y el ciclismo. También aprendí a coser en una maquina de pedal. Usaba botas hasta el tobillo y una órtesis en la pierna derecha para corregir el pie, pues solo apoyaba el talón, y para sostenerme la rodilla. Fui una niña inquieta y juguetona, a pesar de que era todo un desafío el correr o subirme a los árboles.
Cuando tenía 10 años fui ingresada a un Hospital Ortopédico en Los Ángeles, en California, USA. Estuve casi seis meses. No necesité de ninguna cirugía. Me enseñaron a caminar utilizando mejor mis músculos y tendones. Con solamente fisioterapia salí del Hospital caminando mejor, sin órtesis y con zapatitos bajos.

Llevé una vida muy activa. Solía salir de pesca, a velear o remar en bote, Solía participar en rally de autos. Visitaba con frecuencia las playas y las numerosas lagunas de mi tierra. No tenía ningún problema para este tipo de vida, que combinaba con mis estudios, con actividades artísticas, culturales y sociales. Me hice muy buena en bailes de salón.

Me casé a los 30 años, después de coronar dos carreras universitarias, y a los 32 años tuve a mis hijos gemelos, varón y mujer. Fue un parto natural, los niños por ser prematuros, tenían el tamaño necesario para poder pasar por la estrechez de la pelvis derecha.

Hace como quince años empecé a sentir cansancio. Llegaba al final del día absolutamente agotada. Para entonces mi día incluía, además de unas 12 horas de trabajo y el manejo de mi hogar, unos 45 minutos diarios de gimnasia.

Noté que el aire acondicionado que solía programar a 22 grados C. me resultaba muy frió. Se me hicieron más frecuentes los calambres en las piernas y las cefaleas. Se volvió persistente el dolor en los músculos y articulaciones y proseguía el cansancio.  Comencé a sentir debilidad en las piernas y un médico ortopeda me recomendó usar un bastón y muy fastidiada lo comencé a usar.

Yo insistía en hacer lo que estaba acostumbrada a hacer: más ejercicio,  natación y gimnasia y cada día terminaba más adolorida que antes.

Pero el dolor en la columna y espalda superior fueron mas fuerte, mi ortopeda decidió practicar un “bloqueo” en la columna. Me hizo la punción por dos días, insuflando corticoides y analgésicos. Se me quitó el dolor, pero reapareció unos meses después.

Todos conocemos ese ir “de Herodes a Pilatos”. Nadie daba pie con bola con mi cansancio, falta de fuerza, dolor y calambres. Me hicieron nuevos estudios radiológicos, se me practicó una electromiografía y una resonancia magnética. No presentaba problemas en la columna más que las escoliosis lumbar y dorsal de compensación, pero sin compromiso de la médula. Había falla en la trasmisión nerviosa, producto de la polio y nada más.

Yo asistía con regularidad donde una fisiatra de nacionalidad sueca, quien me trataba especialmente por las contracturas musculares. Ella me dijo que en Suecia tuvo algunos pacientes que habían sufrido polio años atrás y, en un entrenamiento especial, aprendió que a este tipo de pacientes no debía hacerles ejercicios activos, y por primera vez escuche el término “Síndrome Post Polio”.

Fue la llave; comencé a investigar por internet y me encontré cantidades enormes de información y afortunadamente di con un grupo de ayuda de Lima, Perú. Su coordinadora me puso en contacto con mucha información y me envió un libro sobre el SPP escrito por un medico estadounidense del que aprendí muchísimo. Después encontré el grupo de México y conocí al Dr. Jorge Federico Eufracio Tellez, leía con avidez los artículos de especialistas y los suyos propios, le consulte por cualquier cosa y siempre me atendio con cariño y efectividad.

Como hemos hecho todos, seguí consultando médicos. Les llevé información procurando que proviniesen de sitios “serios”. Al fin el ortopeda me dio el diagnóstico de Síndrome post polio y me transfirió a un buen neurólogo.
En esta etapa yo era solamente un amasijo de cansancio y dolor. Me había agravado por el plus esfuerzo de manejar sola nuestras empresas, ya que mi hijo estaba cursando estudios de postgrado en el extranjero y mi hija pasaba un difícil embarazo.
Pasé dos meses en cama por el dolor ciático y de espalda y la debilidad en las piernas. Me movilizaba en una silla de ruedas. El nuevo neurólogo me habló de la gabapentina y comencé el tratamiento con 1.200 mg, que después subimos a 1.800 mg. El dolor cedió lentamente y pude levantarme. También me recetó antidepresivos. Deje la gabapentina porque no me quitaba mucho el dolor me sentía con el cerebro embotado, brumoso.  Entonces me movilzaba con un bastón canadiense y mucho esfuerzo.

He ido aprendiendo a ahorrar energía, a aceptar ayuda. No volví al trabajo; me quedé cuidando de mi nieta, escribiendo, aprendiendo, (soy una curiosa del saber), en fin, viviendo una vida que procuro hacer hermosa y útil dentro de mis actuales capacidades. Retome mi afición por literatura y me dedique a ella,  hoy ya tengo cuatro libros publicados, incluyendo el libro colectivo con mis hermanos Post Polio, SUEÑOS EN LA MIRADA.

Tengo etapas buenas, otras en las que aparece un nuevo dolor y algún otro síntoma, que trato de asumirlos de la mejor manera. Caminar mas de 100 metros o estar de pie más de diez minutos son hazañas que ocasionan dolores. Me cuesta mucho subir gradas; realmente “me guindo” del pasamanos para lograrlo y se me dificulta bajarlas. Sé que si me excedo en caminar, trabajar ante la computadora, etc., mi cuerpo me lo cobra, y caro, así que sigo aprendiendo a ahorrarme.
Lo mas importante para mi vida actual han sido los amigos sobrevivientes de polio y cursando el Síndrome Pos polio, la comprensión, el intercambio de ideas y conocimientos, el calor de su cariño me ayuda sobremanera para seguir viviendo una vida rica de sentimientos y útil.

Con dos años apoyada sobre mi mama

Con seis años


Adolescente

Con mi hermana


Con 19 años

Recien graduada

Con mis hijos

Con mis nietas




LA POLIO DE XAVIER DUASCASTILLA SOLER COMPARTIDO DE SU BLOG IMPERDIBLES XAVI DUA


Dedicado a mis compañer@s, para 24 de Octubre, Día Internacional de la Lucha contra la Poliomielitis 2018

La Polio, maestra de vida, maestra no deseada pero maestra al fin y al cabo. Esa Maestra de la escuela de “la letra con sangre entra”. Niñez entre torturas y suturas. “Los niños no lloran”; “sé fuerte”; “aguanta un poquito más”; “que niño tan guapo, lástima que no ande”; “no llores o te quedarás como ese niño” le decía una madre a su hijo con rabieta… frases oídas día tras día, edificando un carácter que todavía hoy dura. Años de niño grande que en brazos de su madre subía la colina donde le esperaba ese hospital donde los juguetes desaparecían y las monjas vampiro creaban traumas que perduran, encerrado en un cuarto a oscuras por llorar porque tu madre no había podido llegar para alimentarte con su cariño. Infancia de alegrías gracias a la familia y de dolores por fisioterapeutas queridas. Años de muletas y hierros hirientes. De sube y baja en escuelas con escaleras. De horas de patio y gimnasia sentado en el alféizar. “Tienes que estudiar porque tu no podrás trabajar tirando de un carro” te decía el maestro bajo la mirada de un Franco en retrato sobre la pizarra, ese dictador que nos arrebató la salud para cimentar el Valle de Los Caídos. Tardes de juego corriendo cual caballo, galopando a cuatro patas en esa calle debajo de casa. Y luego formándome en oficio electrónico en una escuela/mundo de minusválidos que hasta entonces me era ajeno. Juventud punk por preferir dar miedo antes que pena, aprendiendo a reparar mis aperos, conocimientos que luego sirvieron para hacer muñequeras de pinchos y cuero. Tiempos de mucha marcha y algunos ligues pues la discapacidad aleja. Años de trabajo de oficina como esclavo que un bendito resbalón y nueve meses en cama, transformaron en una vida adulta de dibujante multimedia. Madurez en silla de ruedas que descubre la danza tantos años negada. Activismo de Orgullo Tullido que todavía danza. Amores, pero ninguno igual como con compañera sillera, maestra de vida.
Al FINAL, TODO MAESTRAS.LA POLIO POR XAVIER DUASCASTILLA SOLER COMPARTIDO DE SU BLOG  http://www.imperdiblesxavidua.com/2018/10/17/la-polio/?fbclid=IwAR3GbFWgiecKpejl6awJokMfJ5-fapgjM_i3YR1BirTL6oI-OhDSl87EZTY
DE AMOR Y SEXO POR MARÍA GOMEZ CAMINERO


A mi también me rechazó mi primer amor por asumir que no podría ir a bailar con él. 
Yo también fui maltratada y amenazada con no ser capaz de estar sola. 
A mi también me dijeron “a ti quién te va a querer”.
A menudo también en la calle me paraban para preguntar “ ¿a ti qué te ha pasado?” 
Como me educaron de aquella manera, en lugar de mandar a la mierda, 
siempre respondía “tuve polio”.
Lo siguiente, “pobrecita, con lo guapa que eres”.
También tuve que aprender a decir “ de pobrecita nada, que soy feliz”.
Y sobretodo tuve que aprender a creérmelo.
Desde que recuerdo mi deseo sexual fue intenso.
Aprendí el truco para ligar: “españoles ni uno”,
ni me miraban.
Solo los extranjeros me trataban con normalidad.
Así que yo también me harté de follar.
Quizás buscando la aceptación que no encontraba como mujer fuera de la cama,
me especialicé en hacer felices a los hombres que me acompañaban.
Sexualidad al fin y al cabo condicionada.
Yo también he tenido que aprender a reconstruirme para quererme y aceptarme.
Hoy me siento más libre.
He aprendido que la vida es maravillosa.
Que los límites realmente limitantes solo están en nuestra mente.
Hoy amo mi cuerpo y todo lo que le pertenece.
24 octubre. Supervivientes de Polio y Síndrome Post Polio.
Foto Stefania Scamardi Fortuna
POLIO Y SINDROME POSTPOLIO POR DIANA MARTINEZ



Voy de dedicar estos días para escribir sobre la poliomielitis y una enfermedad considerada rara: el Síndrome Post Polio, una enfermedad neurológica incluida dentro del grupo de las enfermedades de motoneurona secundarias a una infección, caracterizada por fatiga, debilidad muscular progresiva con pérdida de función y dolor y que aparece exclusivamente en pacientes que fueron infectados por el virus de la Polio entre treinta o cuarenta años antes. El 24 de octubre es el Día Internacional de la lucha contra la poliomielitis y me parece acertado contarles, desde mi experiencia, acerca de ésto que nos está ocurriendo a muchísimas personas en todo el mundo.

Hablar del SPP me remite directamente a mi historia de vida.
No es fácil darse cuenta cuándo empezó a manifestarse, ni encontrar la punta del ovillo de mi historia aunque creo que la razón fue el miedo o la negación de ser una carga para alguien y la necesidad de ser amada.


Para quien no vivió una discapacidad de niña/o no es fácil entender con los monstruos que tuvimos que luchar y lucharemos el resto de nuestras vidas. Un cuerpo que no cumple con los deseos de los que lo engendraron le va a costar mucho trabajo dignificarse y, en mi caso, me la pasé gran parte de mi vida demostrando todo lo que podía hacer sola. Me cargué con mochilas propias y ajenas, no por buena, sino por la gran necesidad de aceptación. Sin darme cuenta cree dependencia y dominación. Era la todopoderosa.


Pero no hay mayor maestro que nuestro propio cuerpo y empecé a sentir que esa fortaleza externa era una máscara mientras por dentro iba comiéndome la debilidad, y los dolores físicos que convivían conmigo las 24 hs. No comprendía qué me estaba pasando, pero tenía que seguir trabajando con la misma intensidad. Me sentía indispensable en la vida de la familia que había formado. También les es difícil entender a los que nos rodean qué nos está ocurriendo porque nuestra caparazón de súperpoder está tan arraigada que los que nos conocen no pueden ver que podemos pasar del movimiento a la debilidad extrema que nos deja tirados en una cama.


En las consultas médicas (aclaro que me recorrí todos los médicos sexistas de esta ciudad), yo por ese entonces estaba casada y me llevaba mi marido, no me hablaban a mí, sino a él y le decían que no tenía nada, que largue los ravioles, que era depresión, que cambie de vida.
y les hice caso, cambié de vida, nunca más un médico.
Un día llegó una revista en inglés a mis manos con la historia de Mia Farrow donde hablaba del SPP. Eso era lo que me estaba ocurriendo...




POLIO EN ARGENTINA POR LUIS CANNOBIO


Desde principios del siglo pasado, la polio fue una presencia recurrente en nuestra tierra. Con picos de tragedia a veces. Entre 1953 y 1956 más de diez mil afectados, con una mortandad del 10% y con apariciones fugaces en 1961, 1963 y 1970. Quedan en la memoria colectiva del pueblo aquellas campañas donde los vecinos de las barriadas pintaban con cal los árboles y baldeaban las calles con acaroina o lavandina (ya que se suponía que el virus estaba en el aire) o los niños yendo a la escuela con una bolsita de alcanfor colgando del guardapolvo.

Los miles de afectados por la polio sufrieron diversos grados de discapacidad. El Estado tomó en sus débiles manos el tema de la rehabilitación. Y familiares y amigos de los afectados se sumaron. Con criterios paternalistas y desde una óptica de “rehabilitación física”, nacieron infinidad de instituciones dedicadas a la rehabilitación.


La necesidad de tratar y rehabilitar a la avalancha de casos generó un enorme trabajo de médicos, kinesiólogos y de toda la comunidad de la salud. La Asociación de Lucha contra la Parálisis Infantil (ALPI) y la Asociación Cooperadora del Instituto de Rehabilitación (ACIR) fueron la punta de lanza. El Instituto Nacional de Rehabilitación del Lisiado (el actual IREP) en el bajo Belgrano, se convirtió en el centro de desarrollo de las prácticas médicas en rehabilitación. Miles de pacientes pasaron por allí, los atacados por la polio y otras discapacidades.


Por los pasillos del Instituto y en la enorme villa del Bajo Belgrano (arrasada en tiempos de la dictadura) nació el Frente de Lisiados Peronistas (FLP), la primera organización en plantear la problemática del los discapacitados, desde la óptica de los mismos y en la perspectiva de una mirada política, ligada a la etapa de lucha social que vivía el país. Al igual que miles, ellos también sufrieron la represión de la dictadura y muchos de ellos continúan hoy desaparecidos.
El FLP y otras organizaciones surgidas en la época tuvieron como principal virtud, además de su combatividad, poner por primera vez la voz de los discapacitados en su problemática y sus posibles soluciones como una reivindicación de toda la sociedad.
Año tras año los casos de polio fueron decreciendo. Y en los años 70 eran cada vez más aislados. La eficiencia de la Sabin Oral hizo el resto. En 1984 en Oran, provincia de Salta, se detectó el último caso de poliomielitis en el país.

La polio comenzaba a ser historia, pero…
A finales de los años 90 y principios del 2000, comienzan a llegar en particular de España, donde la polio epidémica fue más tardía que en Argentina (por ende hay una masa de afectados generacionalmente mas jóvenes) artículos médicos y crónicas de afectados por la polio que relataban nuevas recaídas y procesos de envejecimiento en los “veteranos”. Y esa afección tiene un nombre: Síndrome de Post Polio (SPP).
Pronto, muchos afectados por la polio aquí en el país encontraron coincidencias con las propias recaídas que naturalmente atribuían al paso del tiempo. Pero la gran sorpresa fue caer en la cuenta que la práctica medica poco y nada sabían del SPP. La poliomielitis como tema de estudio de las escuelas de medicina se encuentra casi desaparecida. En la literatura médica moderna si un medico se propone estudiar la poliomielitis tendrá que recurrir a libros antiguos de los años 70 u 80 y muy contados médicos han visto un caso a lo largo de su práctica profesional, por lo que sólo suelen tener contactos ocasionales con los sobrevivientes y sus secuelas, ignorando los estragos que el virus causó en estas personas.
Si se ignora la poliomielitis y su proceso patológico no se podrá entender la secuencia de eventos que se pueden presentar a lo largo de la vida de estos sobrevivientes, entre los que se destaca el SPP.
Las investigaciones sobre el SPP, su diagnostico y tratamiento están paralizadas. No hay profesionales preparados y actualizados para atender a los miles de sobrevivientes que hoy en todo el continente sufren este mal. No es el SPP un “negocio medico” ya que como brutalmente decía un sobreviviente, “es un asunto que en 20 o 30 años, al no quedar sobrevivientes, no existirá mas”.


Pero los sobrevivientes aún estamos aquí. La imagen de la polio no fue otra más que la engendrada desde el poder: si se habló de ella fue para enaltecer el sufrimiento, el esfuerzo y la tenacidad de médicos, enfermeros y niños, valores acordes a una mirada paternalista y de beneficencia. Inconscientemente o no, nos legaban así una imagen significativa de la época: silencio impuesto, dolor y finalmente de segregación.

Las personas afectadas por la poliomielitis perdieron su identidad y se invisibilizaron socialmente en aras de una cuestionable integración. Integración a una sociedad que necesita de una ordenanza para darle el asiento a un discapacitado. Recuperar la memoria de quienes han vivido la poliomielitis (como pacientes, familiares o profesionales) y de quienes siguen padeciendo sus efectos, no es sólo historia, sino un acto de justicia y de toma de conciencia.

Desmedicalizar la visión de las discapacidades, dando voz a sus protagonistas, democratizar la rica historia social y humana, permite descubrir y comprender qué esta lucha va en paralelo con los derechos que nos quedan por conquistar como pueblo a todos. Los sobrevivientes de la polio y los cientos de miles de discapacitados de todo tipo que hay en el país, desocupados, subocupados y en gran medida, abandonados a su suerte.

Por eso este 24 de Octubre, Día Mundial de lucha contra la Poliomielitis y por los afectados de SPP, será un buen momento de repensar y unir los esfuerzos de todos los actores de este tema.









martes, 2 de octubre de 2018

24 DE OCTUBRE EL INICIO

24 DE OCTUBRE DIA MUNDIAL DE LUCHA CONTRA LA POLIO




La mayoría éramos tan pequeños que apenas un resquicio en los recuerdos nos lleva a instantes, momentos vividos. A muchos no nos gusta el color blanco que rodeo aquellos momentos iniciales y los posteriores: batas blancas, hábitos, cofias…..he escuchado de muchos niñ@s que sufrieron la polio esa especie de fobia hacia el color blanco, al olor del éter o a todo lo que tenga que ver con hospital. Tod@s partimos de historias similares, cada familia bandeo el temporal como pudo, pero nuestras vidas son únicas marcadas por ese espíritu de lucha que se da en el caso de los supervivientes.
Sobrevivimos a la polio y a pesar de que esta esta empecinada en seguir haciéndonos la puñeta seguimos sobreviviendo a nuevos retos: dolores, falta de fuerza, nuevas limitaciones….la polio no es lo que imaginábamos ya que cuando extendió sus tentáculos lo hizo más allá de todo lo posible imaginable.
Mi reto este año es recordar y compartir aquello que recordamos, o aquello que nos explicaron, o aquello que vivimos. El tiempo nos juega en contra, de aquí a unos años solo seremos ser parte de una historia que no queremos que se repita en nuevos niños. Es parte de nuestro legado, sobrevivimos cuando muchos otros no pudieron hacerlo.

Aún vivimos! Aún seguimos aquí y este es nuestro testimonio……….

RAMON MARCOS MENDIETA
"Yo agarre polio a los 8 meses comenzaba hacer los primeros y ultimos pasitos porque después nunca más camine, hoy tengo 63 años de aquel fatídico año 1955..."



PILAR AGUILAR GARRIDO

"  A mi me contaron mis padres que me dio una noche una fiebre muy alta, no paraba de llorar, no sabían que me pasaba y mi padre cuando pasó una semana iban en el tranvía y me cogió en brazos y vio claro que se me caía la pierna derecha , sin fuerza alguna.esto es lo que me contaron , después operaciones que todas sabemos por lo que se sufrió en esos años...."


MARÍA GOMEZ CAMINERO

Nací sana como una pera, 
igual que todas las demás personas afectadas por la Poliomielitis.
Era una bebé linda y risueña
El virus llegó después.
Yo tenía cinco meses.
Así que recordar, no recuerdo nada.
Me contaron que me pusieron la segunda dosis de la vacuna.
Y empecé a enfermar.
Como una gripe me explicaron mis padres.
Fiebre. Mucha.
Y de repente, no podía mover nada de lo que hasta entonces movía con facilidad.
Nada.
Las secuelas afectaron a cuello, tronco, y extremidades.
Me convertí en un bebé fláccido.
Bebé inerte.
Y nuestra vida cambió para siempre.
Mi mamá me llevó a Madrid mientras mi padre seguía trabajando en Adra, Almería, lugar donde contraje el virus.
Nos alquilamos una habitación cerca del hospital donde cada día me llevaba a hacer rehabilitación durante toda la mañana.
Mi madre cuenta que aunque terminara antes los fisios y enfermeras me secuestraban porque era adorable. También muy pequeñita, comencé a los 8 meses.
Cuando le pregunto a mi madre y le muestro mi admiración, ella le quita importancia.
“No pasa nada, era lo que había que hacer y se hizo. Recuerdo que una vez en la carnicería alguien me dijo “oh, pobrecita tu niña….” y yo respondí ¿pobrecita? ¿tú cómo ves a mi niña, triste o contenta? “ (yo lucía mi mejor sonrisa como siempre antes y después) .
“Contenta”, respondieron. Pues eso, dijo ella, de pobrecita nada.”
También pregunté a mis padres sobre la negligencia cometida al poner vacunas supuestamente “ en mal estado” en 1973
¿y no hicisteis nada respecto a la vacuna?
Me respondieron “no, para demostrar que estaba mal hecho tenían que hacerte más pruebas y pasar más tortura, y creíamos que con lo que estabas viviendo ya era suficiente, solo tenías 5 meses”.
Y así quedaron inmunes, los dueños de las vacunas y sus ganas de jugar a ser dioses.
Y el bebé inerte poco a poco comenzó a recuperar algunos músculos conservando siempre las ganas tremendas de vivir y aquella sonrisa.
24 Octubre. Día mundial de los supervivientes de Poliomielitis y Síndrome Post Polio.


MARILUZ RISCICANTAMARIA
En marzo del 58, con 9 meses ya casi andaba, subía las escaleras buscando a mi tata, la chica que me cuidaba, un dia empece con mucho dolor de tripa y con fiebre, en cuanto llegó mi madre de trabajar me llevó al medico de cabecera y me la dijo que fue una mala teta que me dio, total que a casa de nuevo.
Al dia siguiente me estaba bañando una tia mia y al ponerme de pie me caí como un trapo y mi madre ya me llevo al niño Jesús de Madrid, alli me diagnosticaron la poliomielitis, segun mi madre era horrible, el pasillo lleno de pulmones de acero, en el cual me quisieron meter, ya que era un segundo brote seguido y con mucha fiebre, mi madre atemorizada se negó a que me metieran en un aparato de ésos, como ella les llamaba, me empezaron a poner paños que salian de una maquina de vapor, mi madre me los puso hasta que se la caia la piel de los brazos a tiras, al final mi madre decidió ponerme una pera, lavativa, porque al no romper de vientre no remitia la fiebre, a escondidas de las monjas claro, y ya bajo la fiebre, mientras tanto me afecto a las piernas y un poco en los brazos, todo eso me contó mi madre, poco después me dieron una carta de recomendación para que me llevara a un hospital infantil, especializado en la polio, a Santander, concretamente a Pedrosa, alli recuperé los brazos y parte de la pierna derecha, con 6 años di mis primeros pasos y salí de ese santorio, fueron años de jimnasia, y convivencia con otr@s niñ@s como yo, aunque parezca mentira tengo vagos recuerdos de l jimnadio, con los sacos de arena en los pies y tener que levantar el cuerpo, una piscina llena de agujeros, de los cuales salian burbujas de agua templada, mientras el fisio me hacia andar, no se fueron momentos traumaticos y la falta de mi familia entre seman... os pasa que recordais algo, por muy pequeños que eramos? De las operaciones no,recuerdo nada y tuve tres.



CHARI MUÑOZ NAVAS
"A mi ne dio con 6 meses. Mi madre me saco de paseo y al día siguiente teníamucha fiebre, y mi abuela materna me puso paños de agua fría. El medico le dijo a mis padres que no me llevaran al hospital pues me dejarían allí. En fin corría el año 1952 en Córdoba por lo visto hubo una epidemia. Me afecto la pierna izquierda,y no queda otra que seguir....."

INMA BLANCO
Era una mañana feliz, cogíamos el tren de Manzanares a Córdoba, en tren hacia Córdoba siempre hacia de mi la niña feliz. Pase parte de la mañana jugando en el tren, cuando llegáramos la abuelita me comería a besos y mis titas y mis titos....pero el protagonista sin duda era mi hermano, al día siguiente era el día de su primera comunión. La tarde fue ajetreada, nadie paraba había mucho por hacer. Yo me mantenía estirada en el suelo en una de mis rabietas, la abuelita intentaba cogerme en brazos pero yo no la dejaba, al final lo consiguió, entonces fue cuando noto mi fiebre. Después, al ponerme en el suelo yo caía y así empezó todo.
¿Como pueden cambiar las cosas en un instante? ¿Como puEdes ir de la tranquilidad al caos? Noche de vela infinita, mis hermanos salen disparados de la casa y pasan la noche en la de una vecina. Así fue como me contaron que entro la polio en mi vida para no irse más. Yo tenia 18 meses aquel fatídico día de mayo. Al día siguiente mi hermano hizo su primera comunión, ni yo ni mama pudimos acompañarlo......


JOSÉ LUIS JEJE
"Era el 30 de agosto del 63, hasta entonces siempre "enfermizo" con fiebres, diarreas etc... aquél día, justo el que empece a dar los primeros pasos suelto de la mano, mi madre me colocó dentro del taca-taca, para ella acabar de hacer la comida, era la 1 de la tarde cuando de pronto, oyó un fuerte golpe en el suelo, era yo que me había caído, al romper el botón del andador (taca-ta). Me levantó del suelo y al ponerme sobre su brazo observó que me "doblaba" cual toalla, me intentó poner de pie y nada, no había manera, se asustó y corrió a casa de alguna vecina, para que se hiciera cargo de mi hermano, para ella con mi padre llevarme al médico.
Así empezó y todavía no ha terminado....Pero aquí estamos."
Sabéis lo mejor? os lo voy a contar... Como he mencionado antes, me "dio" en agosto del 63. Las primeras palabras que dijo el médico, ya indiqué que hasta entonces siempre estaba malucho, fueron: "sabía que le iba a pasar..." lógicamente a mi madre se lo tuvieron que quitar de delante.... luego ya, de forma más tranquila les contó a mis padre de que iba aquello de "sabía que le iba a pasar....". Resulta que mediante el Plan Marshall España, EE.UU mandaba vacunas contra la polio, mira tu, que aquel médico, sabía que había llegado un lote en malas condiciones y prefirió no vacunarme, porque a críos "propensos" que vacunaban, les daba más fuerte.... y él supo que yo era "propenso", de hecho, a mis hermanos los vacunó y ninguno tuvo problemas.....Aquí en Badajoz, son conocidos algunos casos que les dio, inmediatamente después de vacunados y de forma muy violenta...."


MARIA COMINO
"A mi me dio el 16 de Mayo del 62, ese día cumplía 8 meses, según mi madre me contaba empezada a dar los primeros pasos, estaba sana como una manzana,"" mi madre decía que parecía un rollo de gloria"" Ese día, fuimos a a visitar unas huertas y al volver por la tarde ya volvía chinchosa y malilla, al día siguiente amanecí con fiebre y los pies ya no me sostenían, el médico le dijo a mi madre que era infección, se equivocó en el diagnostico, hasta un tiempo después no descubrieron que lo que tenía era la polio. Donde yo vivía había 8 o 10 críos mas, de distintas edades, pero sólo me dio a mí, era mi destino....."


NORMA APRIGLIANO
"A mi me dio para carnavales en 1956 tenia 4 años comencé con dolor de garganta y fiebre de ahi al sanatorio Centro gallego me internaron me hicieron estudios y bueno polio muchos fomentos y salí adelante sin aparatitos ni bastones pero mucha kinesiologia una vida natural me casé tengo 3 hijos pero ahora el spp me está molestando los pinzamientos y nuevamente la rehabilitación y los bastones pero tengo ganas de salir adelante agradezco a mis padres que se ocuparon mucho de mí."

AGUSTIN MIRANDA FERNANDEZ
"Mi historia parecida, no puedo decir fecha exacta, seria por el año 56 o 57 segun me han contado que el dia de antes corria por el campo como un descosido, por lo tanto pudiera tener enrtre 12 y 18 meses. mi madre se habia quedado viuda por lo menos hacia 6 meses, y ese dia fatidico que me dio la polio tenia un poco de fiebre que pensaron que no era nada, y me pusieron en la cama junto con mis primas, yo amaneci con muchisima fiebre y me llevaron al medico del pueblo, enseguida a Madrid y de ahí a Barcelona no me daban mucho tiempo de vida pero gracias a una enfermera alemana que ya sabia como era esto, aparte de algunas cosas le recomendo que me hiciera ejercicios en las piernas para que no se atrofiaran demasiado y gracias a los cuidados de esas personas y a mi madre he salido adelante lo escribo para dar testimonio que aunque con polio seguimos en la brecha un abrazo a todos"



EDUARDO ACEVEDO

"Yo tenía ocho meses, evidentemente sé lo que ocurrió por boca de mis padres. Debido a la epidemia dijeron los médico al comprobar mi alta fiebre: "Otro que ha caído" Y pasé un mes en el Niño Jesús. Después mucha rehabilitación. Y ya de mayor maldigo a Franco y sus acólitos por no haber repartido antes la vacuna."





JUAN TOSINA

"Yo también con 8 meses. Me dice mi madre que despues de eso cuando ella me ponía a andar yo ya no me sostenía. Por suerte he podido hacer una vida casi normal hasta hace 10 - 15 años, que apareció el SPP  Eso si, lo "gracioso" del caso es que el ¿médico? de mi pueblo dijo que era SARAMPIÓN."



FILO OLID

"Yo solo lo que me contó mi madre que ha sido bien poco por no decir nada . La polio me visitó a mis 7 meses , mucha fiebre y ya no quedaba levantada.En mi caso la polio me afectó poco físicamente y mucho menos psicológica mente ......la más afectada mi madre que nunca lo superó y me hizo la vida dura."




JOSÉ ANTONIO CUESTA HERNANDEZ

 " Pues tal día como hoy hace 50 años me llevaron mis padres al hospital y me diagnosticaron que tenía la Polio. Claro está que no me acuerdo de nada, lógicamente, lo que si me han dicho y poco por cierto, es que me tuvieron en una cuna me pusieron unos aparatos en las piernas que eran el doble que las mías, no debían de tener más pequeñas. También que me ponían paños muy calientes en las piernas y que recuerde poco más. Bueno como anécdota decir que mi padrino me llevó al hospital y a continuación tuvo que irse rápidamente para la maternidad con mi madrina pues iban a tener un hijo que nació precisamente ese día. Para él es su cumpleaños y para mi es el cumpleaños de esta pu....... enfermedad que si bien de mano me dejó secuelas posteriormente contraje el SPP. 
Gracias a Dios, pude con esa lacra anterior, estudiar, hacer una vida, encontrar trabajo, casarme, tener dos hijos maravillosos. De qué me puedo quejar verdad?"




IRMA GODOY

Fui una niña, más entre los tantos miles de niños que fueron brutalmente atacados en la República Mexicana entre los años de 1960s a los tres meses de nacida , y me toco una epidemia de poliomielitis, en esa época lamentablemente muchos niños, murieron y otros sobrevivieron a la más terrible de las epidemias que México recuerda. Aun recuerdo los relatos de esas interminables noches y días que mi madre me solía contar cuando fui mayor, la angustia desesperada de una madre al ver a su hija sufrir las más altas temperaturas, ver como dejaba de tener movimiento mi pequeño brazo derecho y mi pierna izquierda , el hecho de no saber qué era lo que me sucedía, la angustia e incertidumbre aumentaba a medida que me iba deteriorando por el virus que aún los médicos desconocían como tal, el virus seguía su curso sin poder saber que mas partes de mi cuerpo estaba siendo atacado por la Poliomielitis.

Me oscultaron muchos médicos pero sólo después de consultar a tantos, un gran medico fue el que finalmente diagnostico la Poliomielitis Infantil.Desde entonces emprendimos una batalla mís padres y yo por 18 años de intensa atención médica, operaciones y grandes horas de fisioterapia y dolor. Aparte de sufrir la enfermedad también sufrí emocionalmente el rechazo de la gente por miedo al contagio, , el rechazo de la sociedad sé hacia manifiesto, en años subsecuentes aún cuando ya se sabía que yo no podía contagiar a nadie..Sin embargo crecí siendo una niña muy extrovertida y con mucha seguridad pues los valores infundidos por mis padres y hermanos que hicieron que yo aceptara mi principio de realidad no como una adversidad, sino como una experiencia de vida distinta a los demás, esto me dio la posibilidad de crecer en otros campos intelectuales y emocionales incrementando mi sensibilidad y percepción de los sentidos comunes que en otras circunstancias no valoraría, teniendo en cuenta que a pesar de ser diferente en mi físico yo tenía otros valores y capacidades que me harían incursionar en un mundo muy distinto.. El dolor siempre fue mí compañero, y aún lo es, fue una infancia llena de contrastes emocionales. Entre aparatos, muletas y accesorios en el transcurso de mi supuesta rehabilitación. Con la fuerza y entusiasmo de una adolescente salí adelante ante la adversidad, mí mayor logro fue el realizar un sueño “Bailar a los 15 años sin aparatos” No, podré jamás olvidar la sensación de libertad de esa noche. Bailar y caminar sin ningún aditamento ortopédico. Mi sueño se había hecho realidad.La vida siguió su curso en una forma”normal” entre estudios y diversiones. Desde entonces entendí que yo podría lograr lo que me propusiera en mis metas en mi proyección mental, Lo que ahora soy es gracias al resultado del amor incondicional de mí padres , a su tenacidad y fortaleza.Tras varias operaciones ( 3 para ser exacta) las cuales me mantuvieron desde los 6 años que fue mi primera intervención quirúrgica entre hospitales y aparatos ortopédicos y así transcurrió mi niñez y adolescencia entre terapias y los estudios , me case con un hombre maravilloso que me acepto por lo que soy y como soy, y no por la apariencia física, formamos una familia, cuatro maravillosos hijos, mis tesoros mas preciados Manifestándose una vez más en mi vida la gracia, de Dios permitiéndome ser madre pues con poliomielitis es difícil engendrar y mucho menos dar a luz.esto me lleva a una lectura que no hace mucho leí y aquí se las comparto
El movimiento por los derechos de la discapacidad desecha la noción de que las personas con discapacidad deban ser valientes o heroicos supertriunfadores, puesto que la mayoría de las personas con discapacidad simplemente tratan de llevar una vida normal, sin inspirar a nadie.Aunque los logros extraordinarios son dignos de alabanza en cualquiera, tenga o no discapacidad, este hecho no refleja la realidad cotidiana de la mayoría de las personas con discapacidad, que tiene que luchar constantemente con retos más pequeños tales como encontrar un autobús con elevador para silla de ruedas, o combatir las creencias de que las personas con discapacidad no pueden trabajar, recibir educación o disfrutar la vida como cualquiera. De acuerdo al pensamiento del movimiento por los derechos de la discapacidad, no es tanto el individuo con discapacidad el que necesita cambiar, sino la sociedad! pero mientras tanto yo seguiré viviendo y disfrutando lo que la vida me brindo, que quizás es mas de lo que merezco!





MARIBEL ARRIBAS BRICIO


APENAS COMENZANDO A VIVIR:
Cuando ocurrió el hecho que os voy a narrar, contaba yo con once meses, no es que recuerde como me sentí en aquellos momentos sino fuese por la de veces que escuché narrar los hechos en boca de mis padres. Nunca se borró en la memoria de mi familia aquel maldito treinta de agosto, día en que dió comienzo todo.
Mi madre entonces era muy joven, bellísima, y sus brazos, siempre me parecieron cómodos y tiernos, nunca desfallecieron llevándome de un lado a otro, por mucho que yo fuese creciendo. Nunca fue una madre más, fue una madre coraje. Ella me enseñó a no rendirme y a levantarme una y otra vez y tantas como me cayese. Falleció hace tres años y la añoro cada día.
Mi padre, ahora un anciano, tiene presente en su memoria toda la película de mi vida y grabado a fuego en su memoria aquel primer día en el que todo se desmoronaría.
Aquel día, treinta de Agosto, un día caluroso como correspondía al mes, mi madre se puso de parto de la que seria mi hermana pequeña hasta aquel momento. Mi padre y ella enseguida se pusieron camino del hospital.
Me dejaron con mis tías y mientras esperábamos el feliz acontecimiento yo correteaba junto a mis primas por el patio de su casa. Caí al suelo. Intentaron levantarme, pero según me contaron una y otra vez, mis piernas no respondían, se volvieron de trapo. De pronto, mis mejillas se encendieron, volviéndose rojas como las fresas y mi frente ardía como una hoguera en invierno.
Me llevaron rápido al hospital y allí me dejaron internada. Al principio, el caos, después la noticia llegó a oídos de mis padres como una bomba atómica:
—¡Su hija tiene polio!
Por ironías de la vida, mientras mi madre traía a mi hermana al mundo, el cuerpo de su hija mayor era invadido por un virus llamado poliomielitis.
¡Como pudo el matrimonio de mis padres conjugar las dos circunstancias a la vez; el nacimiento de una nueva hija y la condena de por vida para su hija mayor!
Me cuentan que lloraron incansablemente, que bautizaron a su segunda hija con las lágrimas que les producía el dolor de la enfermedad de la mayor.
Toda la juventud que les quedaba por vivir, la emplearon en que no me faltaran fuerzas para sobrellevar mi lucha con dignidad. Prematuramente, con veintinueve años la nieve invadió el cabello de mis padres, para siempre.

M. MAR GARCIA
"A mí me llegó la polio el 24 de junio de 1960. Yo tenía dos años. Es el día de San Juan, por lo que mi madre nunca jamás quiso saber nada de ese santo ni ir a un pueblo cercano que así se llama. Por lo que me han contado, yo estaba en la azotea jugando y empecé a caerme. Tenía fiebre y llamaron al médico. Éste en cuanto me vio, me diagnosticó la enfermedad y le dijo a mi familia que tenía que dar parte a un registro nacional sobre esta enfermedad. El resto es similar al de otros afectados."

CHARO CLEZ CLEZ
"No recuerdo pues solo tenía un año...mi recuerdos son con los ejercicios tres veces por semana...en Vigo con el doctor Solla y los fuertes dolores de la pierna con el frió..mama me envolvía la pierna en una toquilla calentita y me daba friegas para calmarme"

LOLI GONZALEZ
Pues yo tenia 18 meses la primera y única hija en ese tiempo andaba sola desde los 9 meses me acostó mi madre a la siesta era el 29 de junio cuando desperté me ponía mi madre de pie y al suelo ella mi pobre se alarmo rápidamente, mi padre marinero estaba en la mar venia cada 20 o 30 días según donde fueran de lejos a pescar ella sola su familia en su pueblo nosotros en Huelva la vecina para animarla le decía: a ver  si se le ha dormido la piernecita y luego hospital y lo que sabéis todo mas tarde a mi hermana y mas tarde a mi hermano ya mi madre sabia lo que pasaba fijaros lo que ha pasado en su vida la mayoría de los padres por suerte un hijo pero mis padres tres y mi madre sin nuestro padre por su trabajo gracias a una hermana de mi madre que vivía en Huelva su marido también pescador mis padrinos y una vecina y su familia que nunca olvidaremos me dio sangre a mi porque  mi madre estaba embarazada y no podía esto es una dura y gran historia, pero que madre coraje que valores nos inculco y buenas personas formo lloraría lagrimas de sangre en su soledad pero nunca delante de nosotros  en casa estos fueron nuestros inicios con la polio.

MARGA MARTIN SANTAELLA
Mis primeros recuerdos de polio eran que no caminaba hasta los 5 años .Empecé a andar como dos meses y que de repente vino el monstruo y que me pusieron aquellos hierros que me hacían sangre y unas botas incomodisimas. Yo jugaba iba al cole ...me llevaba mi madre a cuestas y lo veía normal..bajaba y subía escaleras a gatas. Casi que me dio coraje ponerme aquel aparato de tortura.
Empecé a caminar pero nadie tuvo que explicarme nada..ya se encargaban las almas caritativas de hacerlo...es un castigo..¿que hice yo con 11 meses? Otras era su frase preferida que pena con lo bonita que es y coja. Me di cuenta de cómo caminaba un día en el espejo enorme de casa al entrar por la puerta...lloré...mi madre dentro de su propia ignorancia sobre la enfermedad me explicó cómo pudo 
Me volví sería y solitaria...no quería jugar ni con mi hermana. Un día recién operada caí...era muy chiquita. El maestro venía a vas a a darme las clases y le dijo a mi madre ....esta niña es muy lista ..tiene que estudiar el día de mañana. Durante 6 meses estuve escayolada de cintura para abajo y una pierna todo rígido....leía...veía tele y si me adelantaron cursos no sé si por lista o porque me pasaba el día estudiando aburrida. Odio la palabra coja..pena...aparato...robot...castigo de Dios y muchas más 
Al salir de aquel trauma me convertí del patito feo a cisne y el ave Fénix renació de sus cenizas . Me convertí en una niña adorable...siempre sonriendo pedí a los Reyes una bici....mis hermanos fueron los inventores de la bici estática porque me la atornillaron al suelo me subía cogía el manillar y dejaba correr mi imaginación 
Aprendí a nadar con 2 añitos..quien me iba a decir que donde veraneábamos iba a encontrar al padre de mis hijas !!!
En el mar era libre...horas nadando y fui feliz porque desde muy pequeña supe mis limitaciones y desde entonces me las pongo yo. Contaría más cosas porque cada una de nosotras tenemos una historia pero en resumen fui una niña feliz , muy querida y me negué a llevar nota en la pierna "buena" así que llevaba mi uniforme del colegio mi aparato con su bota...hoy me pongo botas altas jajajaja..y en mi pierna "buena"mi zapato gorila. Tal vez la vida me hizo está faena para ser como soy y con muchos defectos estoy orgullosa de mi misma porque supe superar aquel shok al verme en el gran espejo.



YAKY HDZ
"De igual forma a los 3 años fiebre muy alta, dolor de todo el cuerpo, fui la sexta de mis hermanos, en total 10 hermanos, enfermedad irreversible recuerdo a los 4 no entendía que me estaba pasando sin poder caminar después de que corría y salia a todos lados, a los 6 años ya en total depresión una pierna insana total de tamaño y volumen, mis padres asustados, preocupados, sin saber que hacer, sufrieron mucho. el buling que ahora llaman lo viví y ademas hoy día ahí sigue la polio. jajaja no hay cura."

PATRICIA JIMENEZ
Yo no recuerdo cómo me empezó la polio. Pero me cuenta mi mamá que me dió una fiebre muy alta, para entonces ya vivíamos en Venezuela, aunque yo nací en Costa Rica. Y que se asustaron mucho porque yo era como un trapo, no tenía ningún reflejo. Decía mi abuelita Ángela que ella se dedicó a frotarme con la grasa de las gallina y a hacerme muchos masajes, y que con eso poco a poco fui recuperando mis movimientos. Debió haber sido muy duro para mis padres, porque además en esos años no había planificación familiar, y mi mamá estaba embarazada de un varoncito que murió tres días después de haber nacido. Y un año después de eso nacía otra hermanita! Cómo es de importante la planificación familiar! Mi pobre madre debió haber sufrido mucho! Luego de que me recuperé un poco, en el Hospital de Caracas me hicieron las primeras cirugías en la pierna derecha, y así pasé de quirófano en quirófano hasta los 15 años! La vanidad me pudo y nunca más me dejé operar de nuevo!


JEAN GLEYZE

 J'avais 12 ans 1/2, j'étais interne au collège-lycée de Soissons ( France ) et comme tous les jours ou presque, nous jouions au foot ( modernes contre classiques )... J'étais avant centre, (la balle était petite et donc facilitait le marquage de buts),j'avais marqué 3 buts à mon Copain qui joua ensuite comme professionnel à Beauvais, quand, un copain me fit une passe : j'ai voulu shooter, mon pied est passé à 30 cms de la balle et là j'ai compris que quelque chose n'allait plus !!!!

J´'avais mal derrière la tête, mal à la gorge et je me suis rendu à l'infirmerie du Collège : l'infirmière me dit que c'était la croissance !!!!!!!!!!! Je suis resté 3 jours à l'infirmerie puis suis rentré chez moi pour les vacances de Noel... Mes parents firent venir le médecin qui m'expédia à l'hôpital de Reims France : j'avais la polio ( membre inférieur et abdominaux droits ) !!! ** J'ai ensuite fait un peu plus d'un an de rééducation ( interne) en la clinique Notre Dame de Lourdes à RENNES ( France ).. J'ai, ensuite, eu une vie familiale et professionnelle normale jusqu'à mes 57 ans où là mes problèmes post-polios en débuté avec une hernie dis cale paralysante du ' bon pied ' ( due à une jambe polio plus courte de 3 cms et 45 ans à marcher sans semelle compensatrice.





MONICA RODRIGUEZ PODEROSO

A mí me dio a los 6 meses de edad.
Mi madre una joven de 18 años. Con dos hijas de 1 año y medio y yo 6 meses.
Según cuenta, estaba resfriada y en un momento pase de ser un bebé activo a un bebé con medio cuerpo, como muñeca de trapo.
Todo la parte izquierda de mi cuerpo. Se veía mal.
Mi madre corrió al pediatra quien le aseguro que no era más que la fiebre del resfriado.
Mi madre tenía un pálpito estraño. Algo le decía que aquello no era normal.
Y una vecina, que la escucho hablarlo le dijo.
- Fina esta tarde vas a venir conmigo al doctor Mogoña, que lleva a mi hijo con polio!

Al entrar en la consulta sus sospechas eran certeras.
El doctor, al ver esa joven de luto aún, por la falta de su madre., rota en llanto y desesperación.
La vida le daba de nuevo otro varapalo.
El Doctor le aseguro, que si a ella le gustaba bailar.
Su hija también bailaría. 
Que fue leve, la polio.
Hoy solo tengo palabras de agradecimiento a mi madre por su constancia, lucha, perseverancia.
Y a la polio le devo, la mujer que soy.
Aprendí de bien pequeñita a potenciar mis virtudes. Y aceptar mi defecto.
El spp!
Ya está siendo otra cosa. Incomprensión a mi alrededor. Todos están acostumbrados a una Mónica que nunca se rinde, que aunque se queje, siempre lo hace todo.
Y ahora, la verdad. Ya no puedo con todo. 
La casa se me hace un suplicio. La faena de la casa, me puede.
Mi trabajo me ayuda psicológicamente.
Y la guerrera, que llevo dentro, no me abandona.
No quiero perder, esa esencia que siempre tuve. Por culpa de la frustración, ni los dolores.




ROSA VALLEJO MILLÁN

Intentare cómo pueda, contar cómo fue cuando me dio la POLIO segun me dijeron, mi madre y mi abuela. Yo era una niña frágil y me estaba recuperando de un mal parto, que tubo mi madre pues al parecer nací muerta, y mi vuelta a la vida fue muy traumática. En esas estaba cuando un dia de septiembre(tenia 7 meses) mi madre percibió, que no me despertaba de la siesta, fue a por mi, y estaba ardiendo de fiebre, al cogerme parecía de trapo, la cabeza se caía hacía atrás y los brazos y piernas también. Me cogió y salió corriendo conmigo al hospital del Rey,tuvo que ir saltando las trincheras de la guerra, que aún después de 10 años estaban ahí. Cuando llego, la dijeron que tenia meningitis y más tardé, que tenia la POLIO, y no me salvaría porque me había dado en todo el cuerpo. No pudo salir porque se contagiaba, en los próximos 40 días y cómo me estaba dando de mamar tubo que pasar la cuarentena, y esperando a ver si me salvaba. Y por segunda vez salí a LUCHAR con esta VIDA que a veves no TIENE ningún sentido.



DIANA MARTINEZ

Nací en Villa Regina, Río Negro, a las 4 de la mañana un 9 de junio, según mi madre, el día más frío de ese invierno. El parto fue fácil y rápido. Mi padre y el médico, que ya había llegado medio borracho, brindaron con grapa después de mi nacimiento. Mercedes, mi madre, cuenta que era chiquita y estaba envuelta en una capa de grasa. No me bañaron. Creo recordar la calidez de esa cama y estar prendida a la teta de mi madre, succionando fuerte la vida que en esa época todavía fluía blanca y líquida.
A los ocho meses era una niña vital y movediza, ya caminaba y todos los vecinos admiraban mi fuerza física y carácter. A los nueve meses mi madre me lleva al hospital para cumplir con el calendario de vacunación, tenían que vacunarme contra la poliomielitis, una epidemia de la época de mi hermano donde habían muerto y afectado a muchas niñas y niños. En el hospital no había vacunas y el médico le da una orden a mi madre para que compre la vacuna y me la coloquen en una farmacia. Va a la farmacia Latanzio donde me vacunan, sería la última vez que pisaría ese negocio.
Al día siguiente cuando me para para cambiarme ya había contraído la enfermedad. Tenía fiebre muy alta y lloraba. Ya mis piernas habían perdido la vitalidad de la que ella estaba tan orgullosa y le quedaría la culpa de haberme vacunado hasta el final de sus días.
Ningún médico del hospital quiso atenderme por miedo a la peste, sólo un enfermero, García, amigo de mi padre, se acercó a la casa y le dijo a mi madre que se comentaba en el hospital que yo había contraido poliomielitis. Mi padre agarró un revolver y quiso hacer justicia con el médico que había indicado la vacuna y se negaba a atenderme. Lo paró un vecino, le dijo: Martínez, usted lo mata, va a ir preso y su familia lo necesita.
El 24 de octubre es el Día Internacional de la Lucha contra la Poliomielitis. Este es mi humilde aporte de esta experiencia de vida que me limitó pero también me hace ser quien soy.



MONTSE MARTINEZ GARCIA

A los doce meses empecé a andar un mes después me dio la polio con los mismos síntomas que habéis escrito afectándome a las dos piernas me llevo mi madre a Barcelona desde los dos años con el doctor Felipe Bastos no estuve ingresada en hospitales íbamos una vez al año me operaron a los 15 años dos veces una para la rodilla y otra para el pie. Guardo como uno de mis días más felices cuando tenía cinco años y me pusieron aparatos ortopédicos y milagro pude caminar de pie y otro de mis días favoritos fue a los nueve que aprendí a nadar, en el agua me siento de maravilla. 

Dicho esto os digo que alguna vez he pensado como hubiera sido mi vida sin polio, seguramente diferente pero no creo que más feliz, amo profundamente la vida y cómo sabía que esto no es mortal pues nunca he sentido miedo . He perdido amigas en accidentes de tráfico y de cancer este verano a tres de cincuenta y pocos años se me desgarraba el alma de pensar el sufrimiento que tenían que pasar con la espada de la muerte al lado. Comento esto porque estas personas son las que admiro. Volviendo a la polio hace unos años noté que algo no iba bien y mirando por el Google me topo con la mierda del postpolio me han puesto una prótesis , no puedo caminar con la fuerza y él coraje de antes pero... me permití el lujo de estar hecha polvo un día pero con un bastón , mi coche y una moto eléctrica sigo en sociedad. Agradezco de corazón todo lo bueno que me ha dado la vida y las muchísimas buenas personas que he conocido entre ellas mi marido, mi hija y mi hijo. Mis amigas me dicen que he nacido con una flor en el culo y me río porque en parte tienen razón. Ahora solo pienso que si hacen andar a parapléjicos con electrodos, neuronas nuevas a ver si nos sirve algo para nosotros. Gracias.




ROSSELLO GAYA GABRIEL

"HOLA YO NO SE COMO AGARRE LA POLIO pero mi madre siempre dijo que le echaban la culpa a ella por llevarme en brazos yo tenia 8 o 9 meses."





ALMUDENA CORTES PEREZ

Yo no recuerdo,solo decir que mi madre intento sentarme una mañana para poder sentarme,esto fue con 16meses,al gritar de tal manera notó que era toda rigidez rígida como una tabla llamaron a un medico y al venir a casa vio como yo era un gritar al quererme sentar,este medico era amigo de mi familia y sabia que me pusieron la vacuna de la polio,por eso dudo si era meningitis,ahi mismo me hizo la puncion lumbar sobre una mesa de cocina segun mi madre,y dijo a la niña hay que hospitalizarla,a partir de ahi creo que cada dos por tres me llevaron al hospital niño Jesús en Madrid,yo nací ahí .

Me ponian paños que eran calientes y lloraba muchos y unas inyeciones ya en casa de hidracidas,que por cierto me hicieron engordar muchisimo,no me ataco muy fuerte solo botitas ortopedicas y ninguna operacion,solo el pie derecho deformadito y la pierna un poquito mas delgada,eso si ahora con 60 años empece 5años atras  con problemas de no poder andar bien muchos dolored y problemas respiratorios incluso un glaucoma que es consecuencia de mi mala circulacion hoy estoy desde hace un mes con juvilacion permanente,he trabajado 30 años como comercial, pero si los 5años ultimos fatal llena de dolores y casi sin poder moverme con muletas que no use nunca ahora llevo un escuter para la calle porque sino no puedo ni andar dos pasos por ,las 7 hernias discales por mi manera de andar,por lo demas, estoy casada con un hijo maravilloso ,que solo tuve uno por mis problemas al parir ya que el.niño quedo encajadoy fue al final una cesaria vaginal y el mismo medico me dijo que no tuviera mas pues fue un parto que pelugraba la vida de los dos. Amigos esto es mas o menos lo que paso y espero para todos los años que tengamos que vivir sean lo mejor con nuestra calidad de Vida gracias amigos y un beso muy fuerte desde Benidorm.




EMILY CADIÑANOS ALONSO

"¿ Qué hacer ? ¿Qué reclamar? Fue una etapa en la que caímos muchos en esa lacra. Y se nos dejó así, tirados sin más. Sin saber qué hacer con nosotros ya que parecía que había cierto desconocimiento de lo que sucedía a niñ@s y de las secuelas que dejaba en esos cuerpos. Parece que nada ni a nadie importó mucho. Gracias a mis padres soy la mujer que soy. Con su ayuda y todo lo que hicieron por su hija. Todo era poco para ellos, y con dolor no sabían qué más hacer. Ahora y siempre los gobiernos nada han hecho. Nuestros cuerpos con secuelas, cada vez peor. Más dolor. Y siguen con los recortes de ... te jodes, nada se puede hacer.!"


ANGELES CRUZ

Yo tenía 9 meses y mi madre cuenta como me puso de pie y me caía. Me llevo inmediatamente al medico quien dijo es polio. Al hospital del rey de Madrid, cuarentena y a partir de ahí los vecinos que dejaron de hablarles, lloros. Chinches en el hospital, monjas que decían que era un castigo a los padres por pecados cometidos, etc. La tristeza se abrió paso y rehabilitación en hospital del clínico. Aparatos, posibles operaciones y ninguna ayuda. Las madres haciendopunto en las salas mientras esperaban que dentro nos hicieran gimnasia y el sonido de nuestros lloros en la lejanía de las salas continuas. Fisios compasivas y otras que no lo eran tanto. De pequeña solo jugaba a las maestras y a hacer gimnasia a mi muñeca articulada. La compasión de la gente que decia "que guapa es pero que desgracia". De mas mayor, salia del colegio y luego piscina o fisio particular, comprometiendo el escaso sueldo de mi padre, luego los deberes. A mi hermana, siempre con las vecinas  mientras mi madre se ocupaba de mí. La exigencia de mi padre en el estudio porque nunca podría optar a trabajos que representaran esfuerzo físico. Y todavía a mis 56 años mi madre ayudando, mi padre murió. Y ahora la postpolio....




CONCHI MARTINEZ IBORRA

Mi propia experiencia como persona, debería de indignar y mucho, y no veo indignación por ninguna parte. YO TUBE LA POLIO POR CULPA DE AUTORIDADES INCOMPETENTES QUE DEJARON VACUNAS QUE PERDIERON LA CADENA DEL FRIO Y SIGUIERON PONIÉNDOSELA A VARIOS NIÑOS NO QUITARON REMESA DEL MERCADO AL IGUAL QUE A OTROS NIÑOS ANTES SE LES NEGÓ DICHA VACUNA PORQUE.SEGÚN ELLOS, NO HABÍA EPIDEMIA OCHO AÑOS DESPUÉS DE INVENTADA LA VACUNA CONTRA LA POLIO. Muchos dirán, que bueno, eso fue en la dictadura y tal, pero un caso parecido de injusticia, se ha dado con las víctimas de la talodomida. La Justicia española, ha considerado que sus peticiones, han prescrito. Qué demonios van a prescribir?? Sus deformaciones, dolores y sufrimientos, no van a prescribir nunca. Lo mismo pasó con nosotros, los enfermos de la polio, nadie pidió perdón, nadie intentó remediar en lo posible, el daño que nos ocasionaron. No nos ayudaron a las víctimas y a sus familias, no se nos orientó, no se nos facilitó el acceso a la educación, a una rehabilitación permanente.......a vivir mejor. NOS JODIERON LA VIDA Y NOS SOLTARON DE LA MANO.......NOS ABANDONARON. Hoy en día, somos muchos los que con los años y los sacrificios pasados, vivimos entre dolores y un deterioro progresivo. Obligados unos a seguir trabajando, y con pensiones de miseria otros. MIENTRAS A LOS DÉBILES SE LES NIEGA SUS DERECHOS, SON DEMASIADOS LOS POLÍTICOS Y AMIGOS QUE SE LLENAN LOS BOLSILLOS A MANOS LLENAS A COSTA DE PERDER NOSOTROS. Yo no veo indignación en la gente de la calle cuando ven salir de un aparcamiento de discapacitados a una persona desvergonzada y sin educación cívica ni moral alguna, caminando normalmente o en muchos casos, corriendo. Yo no veo indignación en los políticos a los que mantengo, y acudo, en busca de la defensa de mis derechos, al contrario, su apatía, desgana, su actitud indolente carente de la más mínima empatia, me enerva, ME INDIGNA.......ESO SÍ ME INDIGNA. Esto es un.maltrato, un abuso. En este puñetero país, no sólo se abusa de los pobres animalicos, sino también de las personas. También es un maltrato, no poder darte de baja más frecuente y dejar descansar a mi castigado cuerpo, porque te quitan un buen trozo de un salario miserable, porque estamos en una sociedad de pícaros de mierda que dañan con su asqueroso egoísmo y mentiras al resto de la sociedad. Todos pagamos por culpa de tanto miserable timador. Pero yo no veo ninguna indignación ante el pícaro fraudulento. Se convive de forma muy natural con la picaresca. Pareciese que sólo nos indigna aquellos que piensan diferente. Nuestra indignación muchas veces, son sólo excusas para odiar al otro. Muy propio de ESPAÑA.




CON SU SAN

"Os voy a contar lo poco que se:
Con 6 meses mi madre me llevo al medico por que tenia fiebre ,según  el medico no tenia nada de importancia. Seguia dándome fiebre y mi mama insistía: no es nada obliguela a comer.... 
Trascurieron quince dias agonizantes para mi mama,ella trabajaba en una casa desde muy joven estaba desesperada. Al principio me dejaba en una guardería de monjas ,pero ellas después de quince días de fiebre no quisieron hacerse cargo de mi
por lo cual ,no le quedo mas remedio que llevarme con ella al trabajo.
Cuando me vieron los Señores según los llamaba mama,pusieron el grito en el cielo ,y me llevaron al Niño Jesus(Hospital ) al llegar allí ¿cual fue la respuesta del medico al verme?
(Se me caen las lagrimas solo de pensarlo y me lleno de rabia e ira)
Si me querian matar que no lo hiciese poco a poco....."


ANYE MARTIN BRAVO
"Mi caso es muy parecido a todos los vuestros a mí me empezó la fiebre a los 9 meses mi madre también constantemente llevándome al médico y la llegaron a decir que era una "jartá de sandía" ¿ en qué cabeza cabe por Dios? Los jefes de mi padre me llevaron al hospital de Cáceres de allí al Niño Jesús de Madrid más tarde a la Beata Mariana de Jesús y por último San Juan de Dios de Sevilla he estado muy poco tiempo con mis padres pero aquí seguimos y seguiremos luchando no queremos ser los grandes olvidados."


ALMUDENA YUKY

Naci un 4 de febrero de 1962 en un pueblo de Valladolid ese día calló una gran nevada, a mi madre le costo llegar al hospital, porque no se podía ni caminar. A los tres meses mis padres se vinieron para Barcelona parecía que había mas oportunidades de trabajo. A los 9 meses estaba mi madre vistiéndome, cuando me puso de pie vio que mis piernas caían se convirtieron en trapos, notó que tenia mucha fiebre me llevo al hospital clinico donde le dijeron que era anginas, al ver que no se me pasaba la fiebre le dijeron a mi madre que fuera al valle de hebron porque parecía un virus, allí me diagnosticaron la polio, los médicos comentaron a mi madre que podría morir porque me había atacado muy fuerte, me enyesaron toda y así estuve 9 meses...mi madre estaba desesperada, triste se sentía sola aunque estaba con mi padre, su fuerza y coraje fue lo que la hizo seguir para delante, entonces vivíamos en un barrio de Barcelona que eran chabolas, económicamente no estábamos muy bien. Así en brazos de mi madre de medico en medico a los 4 años me llevo a san rafael, me hicieron unos aparatos para las piernas y un corsé para el cuerpo, esto me permitió caminar, la verdad que siempre fui muy fuerte, rebelde, movida e independiente, todo porque mi madre me dio esas pautas para vivir, la vida me a ido mal y bien como a todo el mundo, me siento una privilegiada de la vida por que cada día que pasa lo vivo. Le agradezco tanto a mi madre, hace un año me dejo, la echo mucho de menos.


ROSA ELENA CASTILLO PIZARROSO
Era un 12 de diciembre del 63 yo tenia 15 meses ya caminaba con mis zapatitos de charol nuevos. Llevaba unos días con fiebre habían comenzado a vacunar de la polio en la zona a mi no por la fiebre. Ese día se la pusieron a mis primos, vivíamos en casas juntas. Mi mamá me iba poner el pijama para dormir y mis piernecitas se doblaban una y otra vez me envolvieron en una manta y fuimos al hospital del Rey y allí nos quedamos ingresadas las dos.


VICENTE DE DOMINGO MARTINEZ
Yo tenia 8 años,estaba de veraneo en el pueblo y de repente empece a ir demasiado lento y me subió la fiebre a 40º y no me bajaba.Me llevaron a Burgos y el doctor Suárez de Puga me sacó liquido de la columna vertebral y ...me diagnostico parálisis infanti.Soy muy afortunado pues para Octubre ya pude ir al colegio sin ningún síntoma de la polio.La única secuela que me quedó ha sido el hombro derecho lo tengo mas bajo,lo que a los 61 años me diagnosticaron discartrosis en la zona lumbar.De todos modos me considero un privilegiado.Ahora tengo 64 años.



PABLO SEGOVIA MANSO


La verdad es que éramos tan pequeñitos cuando nos afectó la polio que lo que sabemos es lo poquito que nos contaron nuestros padres. A mi me afectó la enfermedad en abril de 1960, con la temprana edad de algo más de dos años. Un buen día, me dieron unas fiebres muy altas, y me empezaron a fallar las piernas, me llevaron al médico, como es de lógica, y avisaron urgentemente  a mi padre,  que trabajaba fuera de Badajoz, y cuando llegó al hospital y pregunto por mi, la respuesta del sanitario/a fue: estamos esperando a ver si le repiten las fiebres y se nos va. Según testimonio de mi madre, a mi padre, lo tuvieron que sujetar porque en ese momento hubiese cometido cualquier locura contra el sanitario que le informaba.
Después, ya sabemos, hospitales, intervenciones quirúrgicas, el martirio de tener que dormir con aquellos molestos e incómodos "aparatos"....
Tengo que decir que aparte de no haber podido saltar los 100 metros vallas, la polio no me ha "paralizado" en exceso. Yo  he tenido una vida laboral con más de 40 años cotizados, una vida familiar maravillosa, he hecho deporte adaptado muchos años, en fin ..... fui un niño feliz y sin complejos, y de adulto, lo sigo siendo.


ANGEL ALGABA MESA

Mi relato es otro de tantos, el virus me afectó tan pequeño, (siete meses) que mis recuerdos de aquellos momentos no existen en mi memoria. Según me contaron, debió de ser en la semana Santa de 1961 (yo contaba siete meses) cuando comenzaron unas fiebres altísimas, mi madre me llevó al médico y éste le dijo que no parecía nada importante, quizás una indigestión, quizás una gripe. Al día siguiente la fiebre no había cesado con la medicación, más bien al contrario seguía subiendo hasta los 43°. No satisfecha, mi madre me llevó a un pediatra de pago y este nada más aparecer por la puerta de su consulta le indicó a mi madre que me llevase lo más rápido posible al hospital niño Jesús.
En el camino en el autobús, mi madre notó como si mi cuerpo se rompiese y quedó fláccido completamente ya no movía ni un solo músculo. Nada más llegar al hospital me metieron en el pulmón de acero donde permanecí, cerca de un mes, según recordaba mi madre que aunque aún vive, su cabeza ya no está para recordar y mucho menos, los recuerdos dolorosos.
Me contó que continuó dándome el pecho hasta los cinco años, pero en aquellos primeros días de la polio tenía que estrujarse el seno y darme su leche con una cucharilla pues mis labios tampoco eran capaces de succionar.
A pesar de que me afectaron los cuatro miembros y la caja torácica, soy de los pocos que no ha sufrido ninguna intervención quirúrgica relacionada con la polio. Mis primeros recuerdos son de aquellos paños calientes que abrasaban mis piernas y mis brazos, día tras día en la rehabilitación del hospital San Rafael de Madrid donde me derivaron una vez que salí del pulmón de acero en el niño Jesús. También recuerdo el primer y único aparato ortopédico que iba desde mi pie izquierdo hasta el cuello, y recuerdo también, que antes de ese aparato me escayolaban el tórax y cada tres meses me cambiaban la escayola. Una de las veces al quitarme el yeso la Sierra me rajo el pecho, el escayolista comenzó a decir que yo era un llorón pero cuando quitó la escayola, ésta estaba encharcada en sangre.
Conseguí caminar a los 13 años, no pude estudiar ni en el colegio ni en el Instituto, tuve que hacerme un autodidacta, pegándome con los libros de mis seis hermanos mayores a quien yo todas las tardes les hacía los deberes mientras ellos bajaban a la calle a jugar. Después, ya con 18 años, comencé a estudiar en la academia privada y así llegué a lo que he llegado.
He sido feliz y he logrado una familia con dos hijos que para mí son dos soles y mi mujer a la que no tendría pedestal suficientemente alto para ponerla en el lugar que se merece. Hoy ya jubilado por incapacidad, no dejó de luchar por el colectivo de personas con discapacidad y sobre todo por los afectados de polio y síndrome post polio.


RAMONA RODRIGUEZ

Corría el verano de 1963 en Orense y el aire caliente se instalaba perezoso por las márgenes del caudaloso Miño.
Em Guizamonde, feudo del Marqués Alejandro Pedrosa, ya exilado de su lujosa mansión por deudas de juego y asentado en un exíguo apartamento en Vigo, mi joven y hermosa madre aguardaba exultante y pletórica la llegada de su tercer hijo: esta vez sería la tan deseada niña...
  Y el 29 de agosto temprano, por la mañana, con su ya abultado y tenso vientre de nueve meses, preparaba el desayuno, en la pequeña cocina de leña, acompañada por mi abuela.
  Acabado el desayuno mal tiene tiempo de comenzar a planchar una camisa de mi padre cuando intempestivamente el líquido amniótico escurre por sus bien torneadas piernas... Se afanan las dos por llegar al hospital, en el elevador, ya mi cabecita curiosa asoma para conocer el mundo, fué un parto rapido y fácil...
   Mi padre, al conocer la noticia, corre al hospital, abandonando sus herramientas de ebanista a toda prisa. El tenia un don maravilloso para crear através de la madera y aún hoy en mi sala de estar luzco con orgullo sus cuadros más hermosos... Don Quijote, la última cena, la dolorosa y muchos más... 
  Recibió la noticia de que era una niña como alguien a quien el destino ha otorgado el mayor de los regalos y, después de mirarme con orgullo y besar a mi exhausta madre, se reunió con sus compañeros de trabajo para celebrar tan feliz acontecimiento. 
  Surgió por casualidad, tras un inocente comentario de un amigo 
presente, que sería de buen tono ir todos juntos a registrar legalmente a la heredera, y así lo hicieron. 
   Llegados al Registro, su alegría veinteañera llena el aire, dando vida a la vetusta institución. Como eran los únicos presentes, fueron rápidamente atendidos y llegado este punto, surgió la gran duda... ¿Que nombre ponerle? Pero mi papá, hombre precavido ya tenía uno, que siendo tan bien pensado y acertado caería como anillo al dedo... Como mañana es Santa Rosa de Lima, le llamaremos Rosa Mary... Exclamó contento y ufano... A lo que todos concordaron y aplaudieron con altos decibeles... Todos menos el notário, hombre de gran saber y espíritu critico, que en dicha altura ya pensaba en desalojar la sala de aquellos jovenes desorderos. Pero se lo pensó mejor y habló con calma... Dirigiéndose a mi padre en especial, y reforzó la idea de que habia ya en el registro innumerables Rosas, sin embargo nadie parecia acordarse de que el dia 31 de agosto seria San Ramón, el patrono de la ciudad... 
Ante palabras tan pletóricas de inteligencia, verdad y sabiduría, mi progenitor accedió, para beneplácito del letrado, desesperación de mi madre e inconformidad para mi hasta los dias que corren. 
   Y en un abrir y cerrar de ojos pasaron seis meses, durante los cuales conocí a mis dos hermanos mayores, a mi familia tan unida y cariñosa y a todos los vecinos, que me cobijaron con fidelidad y amor... 
No me es posible precisar la fecha, se perdió en las brumas del tiempo, como un secreto deseo de que aquel dia nunca hubiese existido, tal vez un mal recuerdo enterrado en suelo árido haga desaparecer los momentos malos... 
   Un buen dia de febrero de 1964, cuando mi padre me recogió de la cuna después de la siesta, me sintió febril, mis mejillas brillaban carmesí y mi pierna izquierda colgaba laxa y sin vida... Yo lo miraba y el mas tarde me contó que le pareció que yo le queria contar mi pesadilla, el mal sueño que habia tenido en aquella fatídica siesta, que hubiera dado todo por poder escucharme... Me abrazó, con las lágrimas brillando em sus ojos color del cielo y corrió lo más rapido que pudo al médico, como intentando ganar la corrida contra el mal que me perseguía y que se había instalado dentro de mi cuerpo mientras dormia... 
   El primer diagnóstico fué de risa... Es una gripe, por la fiebre... ¿Y la pierna? Es manía, ya la moverá... Gran galeno, mi médico de cabecera, si fuese hoy, diria que se graduó en una universidad bolivariana... Pero no, era un médico, un profesional sin ética, como hay tantos...
   Pero no "pasó", empeoró... Y haciendo un soberano esfuerzo mis padres me llevaron para un pediatra, lujo indecible para aquellos tiempos.. 
   Y así, conocieron el dictamen, POLIO, yo ya tenia la segunda dosisde la vacuna, la suerte me acompañó un poco en aquella pesadilla y tan solo fui afectada en la pierna izquierda, pero andaría, dijo el médico, con el tiempo y con la tipica coquetería femenina lo iría escondiendo.. 
Debería hacer ballet, para estirar los músculos... 
   Caminé a los tres años, amparada por el amor, la comprensión y la valentía de mis padres y de toda mi familia, crecí, crecí, crecí... Bueno, no mucho, a decir verdad..😅
   Emigré con mi familia para la tierra más bella que jamás fué creada... Venezuela, conocí gente maravillosa, jugué, me divertí en playas y rios, disfruté de una infancia maravillosa... 
  Terminé mis estudios como profesora de educación primaria en el inolvidable colégio San José de Tarbes y después me formé como químico farmacéutico en la prestigiosa Universidad Central de Venezuela... 
  Conocí y me casé con el amor de mi vida... Y después de 31 años, tres inigualables y estupendos hijos, continuamos enamorados y felices... 
   Ahora vivo en una tierra mágica, donde la bruma esconde paisajes de ensueño entre la Ria y el mar... Rodeada de campos de maiz, sol, y golondrinas... 
   Aquí me encontró el SPP, adormilada y rodeada de mis libros y mascotas... 
   Pero desperté, y lucho por salir adelante con fuerza y denuedo. Nada me hará bajar los brazos... Tengo dentro de mí, el espíritu guerrero de aquella niña que se durmió un dia y en su sueño conoció el Dragón... Al abrir los ojos logró ver una mirada celeste que le dijo: nunca te abandonaré... Y aqui está, dentro de mi... 

PILAR HIDALGO



Y VOLVÍ A NACER...
Erase que se era una mamá que deseaba tener una niña, pues ya tenia tres varoncitos, y hasta le habia ofrecido a la Virgen del Pilar ponerle su nombre, si era niña su próximo bebe, y así fue, una niña muy bonica como se dice en Aragón, sus hermanos lo anunciaron a bombo y platillo por el vecindario y todos contentos, crecía bien y con once meses ya andaba, su madre feliz de ver a su "comino", como la llamaba...paseando con el padre, desde el balcón, cuando la sacaba a pasear, mientras ella preparaba la comida especial del domingo... Cuando ya tuvo dos años y medio sus padres, planearon las vacaciones de verano, un viaje para ir a ver a la única abuela y resto de familiares, pero Comino ya no sonreía tanto, no comía a penas y no jugaba, señal inequívoca de que un niño se va a poner enfermo, las que somos madres bien lo sabemos...asi que los padres de Comino decidieron consultar al médico de cabecera y al pediatra, para ver si daba luz verde al proyecto vacacional, y asi fue, hasta dijeron que le vendría bien un cambio de aires...
Pero la nenita viajaría no sólo en compañía de sus padres y hermanos sino que también le acompañaría un "monstruo" que por aquel entonces se engullía a niños enteros...o a trozos...al llegar a la tierra de sus padres la enfermedad se declaró y una mañana al levantarla su madre, Comino no se sujetaba en pie... comenzó la tragedia... llamar al médico que pidió hacerle una punción lumbar que confirmó al monstruo-poliomielitis, y que deshaució a Comino, madre y tías pasaron noches rezando y hete aquí que la mañana del dia de la Virgen del Carmen, Pilar- Comino, despertó sonriente, y sin fiebre,había evitado con la ayuda de todos...q el monstruo se la engullera toda...habia vuelto a nacer, esta vez en la tierra de sus padres.

ANGELA ALVAREZ VALERO

10 – 8 – 1954 fecha en que dejé de andar
Hoy quiero informar de 64 años de polio, mi polio, y la situación real en la que me encuentro, después de muchos años de sufrir intervenciones y hacer rehabilitación, de los muchos esfuerzos de mis padres y la familia para que pudiera hacer una vida lo más normalizada posible.
Tiempos en que éramos considerados casi unos apestados y que recibimos el rechazo social más o menos visible, veías madres que apartaban a sus hijos de jugar conmigo en los parques, fui rechazada en un colegio de religiosas que tenía al lado de casa por no dar buena imagen, y la excusa fue que no podría ir con las demás a excursiones, pero cristianamente me desviaban a otro de su misma compañía para alumnos no tan distinguidos.
Después en plena adolescencia fue intervenida para quitarme el “aparato” ortopédico y semifijación de los pies, para poder llevar los zapatos normales de tacón y ayuda de un bastón, con los años dos bastones, después un bitutor pierna y ahora silla ruedas para desplazarme.
Fui una de los muchos que fuimos afectados y quedamos con secuelas muy notorias, que gracias a los médicos y ayudas ortopédicas nos permitió más o menos integrarnos, estudiar y luego trabajar, formar una familia, eso si, también la imagen tuvo su cierta importancia a la hora de acceder a algunos puestos, a pesar de ello, les estoy agradecida a todos los que me apoyaron y ayudaron en mi etapa laboral y también a la empresa pues fue una de las primeras que no siendo obligatorio daban trabajo a personas con discapacidad.
La implantación de la vacuna de la Poliomielitis por parte del Estado en todo territorio nacional, obligatoria y gratuita, contribuyó a que lo que había sido una pandemia con hospitales y doctores que nos atendían, cerraran sus salas y las dedicaran a otras disciplinas e incluso ha no impartir su enseñanza en la universidades por quedar o creer cerrado ya el ciclo. Con la vacuna ya quedaba erradicada la enfermedad, ¡afortunadamente! siendo sólo referida como una enfermedad producida por un virus y que con la vacunación ya no era necesaria ninguna investigación más.
Pero, eso sólo ha sido sobre el papel, la erradicación ha sido un éxito, pero dejaron otro problema a los supervivientes de la polio, los que no tuvieron la suerte de ser vacunados por que aún no existía la vacuna, por la falta de medios y de información cuando si salió pero no estaba al alcance de todos, a los que por fallo de la reacción de la vacuna, tuvieron la gracia de pillarla. Nos quedamos sin especialistas, sin salas de rehabilitación y mantenimiento de nuestras constantes y apartados de los avances y de las medidas multidisciplinaria necesarias para nuestra polio.
Quiero llamar la atención que la lucha por la poliomielitis desde luego empieza con la vacuna, pero que también se tiene que tener compromiso con todos los sobrevivientes pues tiene nombre y código de la OMS las secuelas y rebrotes de ellas que no se tenía constancia con 20 millones de supervivientes de todas las naciones de la anterior pandemia, y la que también tendrán con todos los que han sido afectados por la polio y sobre todo para los países con menos medios económicos y que los tienen apartados, todavía somos unos apestados.
Los sobrevivientes de la “polio” aún estamos vivos” queremos vivir no sobrevivir.

MARISA ACOSTA

Recordar esactamente es imposible siendo tod@s tan bebés. Vine al mundo en un pueblecito manchego llena de vida y salud. El mejor parto me decía mi madre porque me tuvo en casa y sin ninguna complicación. Y un día de agosto con 17 meses en el patio de mi casa me caí y mi mamá me tiro una muñeca para que fuera a por ella. Pero mis brazos se estiraba a por ella pero mis piernas no respondían. Mi madre a larmada se levanto y me cogió de las axilas para ponerme de pie y de la cintura para abajo era toda una niña de trapo. Corriendo al médico de el pueblo y dice que es infección en la tripa. Dale este jarabe y estos supositorio. Mi madre convencida se fue a casa y la medicina no me hacía nada y me dio otra segunda fiebre. Ya no podía ser el disgusto tan grande que tenían mis padres y me llevaron corriendo al hospital de la ciudad. Alli los medicos empezaron a decir que lo que tenia era parálisis infantil. Que la pierna izquierda se quedaria toda la vida a cero y la derecha la salvaría un poco. De allí me llevaron a Madrid a las beatas. Me operaron de cadera y tobillo. Mi peregrinación siguió hasta el hospital de la Paz donde me operaron 9 veces más. En total 11 cicatrices entre las dos piernas. Un infierno. Me ponían paños de agua hirviendo las piernas moradas y más tarde en la Paz recuerdo todo lo que he sufrido. Me hacían mucho daño. Me quitaban los puntos sin anestesia y los clavos yo lloraba y lloraba y el médico me daba una buena bofetada en toda la cara para que me callara. Muchos meses ingresada escayolada. Venian los celadores a por mi para ir a clase y yo malita no tenía ganas de nada. Pues en el mismo hospital teníamos un pequeño coleguio. Y para terminar decir que aún asi he hecho mi vida lo mejor que he podido. Me ha que dado dos hijos y dos nietos que es lo mejor de mi vida. Siempre he llevado aparato ortopédico pero ahora llevo muleta y silla de ruedas porque me canso mucho y me fatigo. Siempre luchando, y siempre demostrando que valemos para que nos hagan caso. Y decir que todo lo que al final he llegado a ser ha sido por el coraje y el sacrificio de mi madre que ha estado siempre a mi lado para lo bueno y lo malo y la hecho mucho de menos pues se me fue hace tres años y era mi gran apollo en los momentos más difíciles de mi vida. Pero se que luego cuando se hizo mayor yo la ayude en los últimos momentos de sus días de vida. Y eso me da una bonita tranquilidad.





LOLA DURAN BLAS

“Fue en un amanecer de primeros de septiembre conforme tantas veces me contaron, los sesenta se abrían paso y yo estrenaba mi segundo año de vida, una fiebre alta despertó a mis padres. "¿Qué tiene la niña?, ¡¡ no se tiene de pie !! , ¡¡ no camina !!. De lo que siguió ya tengo recuerdos propios: hospitales, masajistas, médicos, y mas médicos. Baños de agua caliente, una olla exprés gigante llena de burbujas. ¡¡ No quiero!! ¡¡ No quiero!! , ¡¡ Metal frío !!. Y siempre esperando el milagro. Luego las botitas blancas, aparato en mis pierna. ¡¡ Más metal !!, los quirógrafos no son lugar para una niña, pensaba. Y una intervención tras otra. 
Pero tuve una infancia feliz, jugué con otros niños, monté en bicicleta, nadé, viajé, me divertí y terminé mi carrera, encontré un trabajo y me enamoré. 
Por las mañanas antes de salir de casa, les doy un beso a mis hijos, ¡Adiós cariño ! ¡Adiós mamá! . Tomo un café junto a mi compañero, "ten cuidado, por favor, ¿te llevo ?, No yo puedo sola"
Y pienso en todas las veces que he rechazado su ayuda, y en todas las veces que me las han brindado. Porque he querido hacerlo todo sola, despacio pero sola. cabezota, se dice, que terca a veces.
Solo ahora, cuando los años empiezan a pesar sobre mi débil pierna, y los dolores nacen de la raíz de mis huesos y suben hasta el corazón, esta empieza a decir : ¡ Aquí estoy yo, hazme caso, escúchame! Sé que tendré que dosificar las fuerzas.. Mi vida es esa, y esos son mis pasos, tendré que aprender a convivir con lo que me queda y luchar como siempre y como todos los que estamos en esta misma situación .”


VIOLETA FLORES RUIZ

NACÍ EN UN LUGAR DE LA MANCHA un maravilloso día de reyes, siendo el mejor regalo de toda la familia, o al menos eso me dijeron y yo por supuesto lo creo. Fue en casa de mi abuela materna donde convivían en paz y armonía otros tantos familiares más.
Dña. Flora fue la comadrona que de forma tradicional asistió a mi madre en la complicada tarea de traer al mundo una preciosa pero enorme niña de casi 6 kls sin cesárea ni ninguna de las técnicas actuales tan beneficiosas y necesarias. Afortunadamente todo salió bien y mi llegada se celebró con gran júbilo, pero la fatalidad quiso interrumpir tan dichoso momento de la manera más cruel y brusca con el repentino fallecimiento de mi abuelo materno ese mismo día lo que supuso un duro golpe para toda la familia y muy especialmente para mi madre que con gran pena no pudo asistir al funeral de su querido padre, convaleciente aún del parto. Son numerosas las ocasiones en las que he pensado si semejante hecho no fue quizás el presagio de lo que más tarde acontecería toda mi vida que siempre se ha desarrollado entre el drama y la comedia. 
Transcurrieron varios meses en los que de forma activa con mi habitual simpatía ayudé a paliar tan terrible dolor provocando en mi madre alguna que otra sonrisa aunque en ocasiones ésta fuera forzada.
Con la llegada del otoño y con solo 9 meses, comencé a dar los primeros pasos agarrada a mis vestidos. La rabia que siento por no poder recordar este momento es indescriptible. 
Poco duró la alegría, tan solo 3 días después una maldita noche por sorpresa y a traición me atacó el monstruo de la polio que siendo tan cobarde lo hizo mientras dormía. Aprocechando que no podía defenderme quiso arrebatarme la vida, algo que yo no estaba dispuesta a permitirle a pesar de intentarlo con todas sus ganas. Desperté de madrugada en medio de un desgarrador e incontrolable llanto que en los brazos de mi madre lejos de desaparecer quizás por los dolores que provocaba, aumentaba más. 
A la mañana siguiente cuando mi madre quiso vestirme, me puso en pie y horrorizada pudo contemplar como mi cuerpo era una auténtica hebra de hilo. Teniendo en cuenta q era modista no podía hacer una definición mejor. La fiebre era altísima, las piernas no me sujetaban, los brazos y la cabeza se me caían... y eso, era solamente lo visible. 
Posteriormente, se comprobó como además de mis extremidades también existía afectación en la columna, bronquios, pulmones... Rápidamente me llevó al médico, su diagnóstico fue el de un catarro común.
Mi madre, todavía no sé cómo porque su información al respecto era muy escasa por no decir nula, pura intuición creo yo, concluyó que de catarro nada y así se lo espetó al médico en su cara diciéndole que yo lo que tenía era polio al tiempo que le exigía el correspondiente volante que me llevara al hospital más cercano. Ni que decir tiene que dicho facultativo entró en cólera tachándola de exagerada y casi de loca. No obstante, quizás por no discutir o porque nunca mejor dicho quiso curarse en salud, firmó dicho volante.
Llegamos al hospital de Alcazar de San Juan y una vez allí conscientes de la gravedad de mi estado de salud se pusieron en contacto con el antiguo hospital del rey en Madrid que disponían de más medios.
Tanta era la premura que los propios médicos de ambos hospitales hablaron entre ellos y cuando mi madre llegó conmigo ya nos estaban esperando. De los brazos de mi madre pasé a los de estos médicos que despavoridos según me contó tantas veces mi madre y siempre con una intensa emoción, (la misma que en este momento siento yo) atravesaron corriendo todo el jardín desde el recinto de la entrada hasta el pabellón donde se encontraban los famosos pulmones de acero. Me introdujeron en uno de ellos prácticamente sin ninguna esperanza de vida. Durante 16 largos días con sus noches estuve metida en él acompañada de mi madre que a pesar de estar prohibido permanecer en dicho lugar, dada su insistencia fue de las pocas madres que se lo permitieron. Solamente se separó de mi lado para ir al baño.
Durante esos días mis hermanos quedaron en el pueblo al amparo de mi querida abuela materna y mis tías. El tema de los hermanos que tampoco salieron indemnes de la situación, sería otro de los apartados importantes a tener en cuenta en otro momento.
Una vez superada la gravedad inicial, los médicos le plantearon 2 opciones a mi madre 1. Irme a casa y permanecer postrada en una cama sin ninguna calidad de vida y 2. Quedarme en el hospital por tiempo indefinido haciendo rehabilitación ante una escasa posibilidad de poder andar algún día. Ambas decisiones requerían la misma responsabilidad y eran igualmente duras. La diferencia era que la segunda albergaba una mínima esperana. Ante dicha disyuntiva mi madre aconsejada siempre por los médicos no tardó en decidir lo que sin duda era mas conveniente para mi futuro. Por suerte, me dejó en el hospital, me consta que con mucho dolor.

Transcurrían los años de la España más negra y profunda donde todo era examinado, controlado y censurado por lo que el sacrificio que hacía fue puesto en entredicho por algunas lenguas viperinas que si bien no eran muchas Sí contenían mucho veneno que descargaban acusando a mi querida madre de mala madre alegando que me había abandonado en el hospital para eludir mi cuidado. ¡ NADA MÁS LEJOS DE LA REALIDAD!
Afortunadamente mi madre tenía muy claro lo que debía hacer y por mucho daño que dichos comentarios la hicieran nunca la influyeron ni consiguieron apartarla del buen camino. 
Pasaron así 3 largos años en los que iba a visitarme siempre que podía que desde luego no era todo lo que ella quería. En esa época viajar a "la capital" era algo así como ir actualmente a otro continente, requería un presupuesto económico que ni remotamente se disponía. Luchamos sin tregua dejándonos la piel y hasta el aliento, pero tanto esfuerzo tuvo su recompensa y allí estaba yo con 4 años andando de nuevo con mis primeros aparatos. 
¡TOMA YA! LO CONSEGUIMOS MADRE. Este periodo acabó con un final feliz pero la lucha continúa y si entonces fui una rebelde con causa, actualmente es esa misma causa la que me hace ser nuevamente rebelde por lo que aunque mi futuro sea incierto y tirando a complicado, no pienso tirar la toalla salvo que sea en la playa.
PD. Me ha costado mucho escribir estos recuerdos y sin que sirva de precedente he permitido correr mis lágrimas como han querido por lo que emocionalmente supone teniendo en cuenta que mi gran guerrera ya no está conmigo. A tí querida madre te lo dedico por creer siempre en mí.


MARI RECHE



Yo nací en el 73,al cumplir los 11 meses me vacunaron contra la polio,Ese fue mi peor dia,apartir de ese dia empezaron las fiebres,mi madre me llevaba al hospital de Juan XIII, y ellos me enviaban a casa porque simplemente era un resfriado,así durante dos dias seguidos,la segunda noche mi madre veia que se me desviaban las piernas y que casi no me movia,salio corriendo al hospita, el medico que me visitó las anteriores veces no estaba , y el nuevo le dijo a mi madre ,que como me llevaban así,que ya no tenia remedio estaba ya muerta,imaginar esa situacion en mis padres me pone los pelos de punta,así que me enviaron a las afueras de Tarragona a un hospital para terminales del que no sé el nombre la verdad,Solo recuerdo lo que mi madre me contaba de lo que me habia pasado,por suerte era una niña fuerte y ahora puedo contar mi situación,mi madre me decia que la vacuna estaba en mal estado o estaba caducada,no sé la verdad pero ella fue quien me dejó así,

Bueno está es mi historia espero ayude a todos con ello ,un fuerte abrazo y animo a todos



M Carmen Martínez-Raposo Piedrafita


El día que me dio la polio 4 de septiembre 1961 (4 años)

Estaba siendo un año muy divertido, tras las fiestas del pueblo, yo había estado muy contenta porque mi madre estaba preparando el viaje a su pueblo del Pirineo, y tenía la sensación de que era otro país, por lo que me contaban de montañas enormes y ríos rápidos, tan diferentes a las llanuras y al clima del pueblo donde vivíamos, uno de los tantos pueblos de la llanura castellana. Íbamos a ir en tren, toda una aventura para mí.

En el pueblo del Pirineo, el último día de las vacaciones, me caí, al bajar corriendo por una cuesta con gravilla y piedras y me hice una enorme brecha en la rodilla, tuvieron que ponerme la antitetánica, y me acuerdo de que todos me dijeron que había sido muy valiente porque al pesar del dolor y del pánico que teníamos todos al practicante, no lloré. Era julio.

A partir de ese momento, todo parece que fue a peor,  porque en agosto, me puse a toser como una loca, y me diagnosticaron tosferina…otra vez tuve que ser valiente y soplar como me decía mi madre cuando Don Antonio el practicante venia a pincharme el antibiótico. Lo bueno era que a  cambio de no llorar, me daban merienda extra: dos onzas de chocolate en vez de una.

Los veranos en Castilla eran muy calurosos. Esa tarde, 4 de septiembre de 1961 hacía muchísimo calor. Era el cumpleaños de mi padre, yo ya estaba totalmente recuperada y tras la siesta obligatoria, mi madre me mando a por el peine para hacerme las trenzas mientras ella terminaba de repasar con la plancha el vestido, íbamos a ir al único bar del pueblo y posiblemente el único poseedor de una televisión para ver la serie RIN_TIN_TIN.  Mi familia por supuesto no tenia TV y allí nos iria a buscar mi padre cuando acabara el trabajo.
Salí corriendo, como siempre y a la primera zancada me cai.

Mi madre me reprendió por ir “a lo loco”. Intenté levantarme y ya no pude. Recuerdo la cara de angustia de mi madre, que enseguida sospechó que era la polio, llevaba muchos días preocupada porque ni mi hermano mayor (2años y medio más) ni yo estábamos vacunados y ya se sabía que había un gran número de niños que enferman. Don José, el médico del pueblo dijo que estaba habiendo muchos problemas con las vacunas que llegaban de América, que a muchos niños tras administrarles la vacuna les daba la parálisis infantil como se llamó a la Poliomielitis y que mejor esperáramos a que la vacuna fuera segura.
Afortunadamente, yo fui la única afectada en el pueblo por la enfermedad.
Mi madre me vistió y me peino y conmigo en brazos (tenía 4 años y estaba muy grande) y mi hermano de la mano, con el miedo ahogándole, nos llevó al bar donde habíamos quedado con mi padre.
Mi padre fue a buscar al médico al pueblo de al lado, donde vivíamos en esa época apenas era una aldea.

Por la noche, ya tenía mucha fiebre y me dolían mucho las piernas que estaban cual piernas de trapo. Al amanecer, me llevaron a Madrid, al hospital Gómez Ulla. Mi padre era guardia civil, y por entonces no había seguridad social.
Como era una infección, me llevaron al ala de infecciosos, y allí quedamos ingresadas mi madre y yo, guardando ella la cuarentena, y yo para iniciar el duro camino de conseguir que mis piernas pudieran tenerme en pie…
Éramos muy pocos los niños que estábamos en ese hospital, asi que había habilitado un espacio acotado, con habitaciones individuales, en realidad eran zulos mal ventilados mediante ventanucos con rejas casi en el techo situados en el sótano, luz fluorescente que se apagaban a casi toque de queda y puertas con cristal biselado que daban sombras fantasmagóricas por la noche.  Lo único bueno es que al lado de mi cama de tubos blancos desconchados, estaba mi madre en un catre.  Y ese fue nuestro nuevo hogar durante 6 meses.
Recuerdo los gritos de dolor de los pacientes ingresados en una gran sala contigua a nuestra habitación y que atravesamos para ir al gimnasio o al jardín cuando me dejaron salir. Eran soldados, hombres jóvenes, casi todos enfermedades infecciosas importantes, tifus, meningitis, sarampión, paperas, varicela… Mi madre corría conmigo en brazos al atravesar la sala y siempre con la orden de que no respirara mientras pasábamos, apoyada mi cabeza en su pecho.
Solo recuerdo a 3 niños, Maribel, Manolin y Julito…seguramente había más, pero la mayoría no estaban en el hospital
Recuerdo los pulmones de acero, había solamente dos, máquinas para mi diabólicas que se tragaban a los niños, y que me horrorizaban situadas frente a mi habitación.

Recuerdo los “fomentos” que mi madre administraba durante muchas horas, calentando el agua en un pequeño infernillo. Y los pies de la gente que andaba por el exterior, y que era el único testimonio de que la vida seguía allí fuera.
Recuerdo a las monjas, vestidas de blanco y con tocas almidonadas, casi todas antipaticas y ejerciendo el poder, solamente para Sor Carmen tengo  un recuerdo dulce, porque sonreía a mi madre, y de vez en cuando le llevaba entre el delantal alguna naranja, y también porque hacia la vista gorda para que los soldados , incumpliendo las normas, pudieran entrar en mi habitación y jugar conmigo.

Recuerdo las sesiones en el gimnasio, la fisio Dori, simpática y dulce, que me enseñaba entre juegos a reptar por el suelo, con la frase que nunca olvidé, si no puedes caminar, arrástrate como las serpientes, ellas tampoco tienen piernas y se mueven…luego los ejercicios y las paralelas. A mi lado siempre mi madre, siempre triste, intentando aprender todos los ejercicios.
Recuerdo los féretros pasando por la vereda hacia el depósito, con personas tristes y llorosas tras ellos cuando me sacaban al jardín para que me diera el aire,  pues la habitación no tenía ni ventilación ni entraba más que una luz tamizada en los escasos 30 cm de ventana. Durante años esos féretros vestidos de terciopelo negro y ribete amarillo fueron fuente de mis pesadillas.
Recuerdo al médico que se sentaba a mi lado y exploraba mis piernas, explicándole a mi madre como debía mantener rectas las piernas y estirar mis pies. 

Y recuerdo a mi madre preguntando todos los días como una jaculatoria: ¿Hay algún tratamiento nuevo? ¿Cuándo nos podremos ir?
Luego vendrían los aparatos ortopédicos, los bastones, las férulas para dormir, los yesos, la gimnasia diaria, el plano inclinado, las visitas a médicos y curanderos, las intervenciones…pero eso fue mucho más tarde y no es el momento de contarlo.

MARI LUZ VILANOVA CHOVI



Soy Mari Luz Vilanova Chovi,  contraje la poliomielitis con tan sólo mes y medio de edad, nací en una alquería de la huerta valenciana en la zona del pouet de Campanar, en el seno de una familia humilde y  trabajadora.
Lo que recuerdo es porque mis padres me lo han ido contando,  por lo menos hasta que tuve uso de razón. 

Mi madre me llevaba todos los días en tranvía al sanatorio de la Malvarrosa y a los dos años me operó D Álvaro López.  En el mismo equipo de D Álvaro estaba Doña Concha Santapau mi médica rehabilitadora,  uno de mis ángeles de la guarda,  me cojió mucho cariño y trabajó conmigo hasta conseguir que diera mis primeros pasos. 
La polio, me afectó en extremidades superiores e inferiores, pero los brazos pronto llegue a recuperarlos. 

Empece a andar con 4 años  con mis pesados aparatos de hierro que llegaban  hasta la cintura.
Ahí empecé a dar más faena a mis padres, porque todas las semanas había que ir a la ortopedia  a arreglarlos.  La frase "no puedo" no se hizo para mí,  y sólo me convencía probando a hacer cosas que hacían los demás niños, mi hermana,  mi primo etc.... cosas como hacer el pino (creo que aún me duele la cabeza del  porrazo que me dí ), patinar con patines de 4 ruedas (hasta 3 ó 4 intentos )  y así todo .

Fui una niña feliz , recuerdo que quería correr y lo intentaba,  y me daba mucha rabia que me dijeran mis amigas del cole que iba de bulto,  eso no lo entendí   yo me veía  igual igual que ellas.
Tuve la suerte que tanto en el colegio como fuera de él estuve rodeada de amigos  que me trataron bien.

En mi adolescencia tuve amores y desamores como cualquier niña de mi edad. El deporte fue mi vida primero como deportista de élite en natación,  power lifting,  y esgrima. 
Mis padres querían que estudiara administrativo y así lo hice,, pero yo no me veía en un despacho sentada, necesitaba más actividad y después de estar unos años en un despacho, comencé a realizar mi sueño. Fui profesora de natación e hice varios cursos a los que me mandaba la empresa para especializarme en natación para bebés y adultos en 1994 empece a trabajar en la piscina de la Federación valenciana de deportes adaptados como técnico en deporte adaptado.

Fui muy feliz, hasta que allá por el 2010 empece a encontrarme muy cansada, daba clase y al día siguiente no podía ni moverme, además empece a perder la voz . En año y medio,  me rompí las dos piernas ,me desplomaba sin tropezar. Y me operaron de las cuerdas vocal esa.

No sabia Qué era lo que me pasaba y empezaron a hacerme pruebas hasta que me diagnosticaron el síndrome postpolio. 
Me atacó muy fuerte, pasé de andar con una ortesis,  a cojern además una muleta,  luego dos y finalmente la silla de ruedas.
Bueno todo lo que en un principio me hundió,  aprendí de nuevo a ser independiente, a manejarme con la silla subiendola y bajandola del coche ,a mirar hacia adelante y vivir la vida , desde que voy con la silla no hay quien me pare.
Estoy casada, tengo tres hijos maravillosos, tres nueras y mis tres princesitas que son mis nietas.

JUANA BAEZA



Estaba dando mis primeros pasos y un buen dia con 14 meses, se coló en mi cuerpecito el virus de la polio y no pude llegar a caminar.
Con el paso de los años caminé de forma diferente y aprendí que la adversidad simplemente nos hace más fuertes.
La lucha continua..."aquí sigo ganando batallas".


CARMEN MUÑOZ VALERA



Buenos días!!! La única forma de ver la realidad es mirándola de frente.
A pesar de no pocos impedimentos, de fisios, zapatos ortopédicos, férulas, etc. He podido desarrollar un vida plena y digna, gracias siempre al apoyo de mi familia. Tener movilidad reducida no es fácil, suelo llevar tacones en mis sueños, tan solo un día pude cumplir con un poco de agallas y muchas risas de Miguel y mías, ya lo contaré otro día pués fué una aventura.
En lo profesional, me formé y trabajo.
Mi personalidad se fué formando con todas las experiencias tan especiales a las que desde tan temprana edad me vi sometida, pero la grandeza del ser humano y sobre todo de los niños por su gran plasticidad hace que salga a flote cualidades, recursos y actitudes, y capacidades insospechadas, que facilitan a los demás poder ver quién y cómo más allá de la mera apariencia física.
En honor a la verdad, considero lo generosa que ha sido la vida conmigo, también yo fui con ella olvidando complejos innecesarios, resentimientos y reproches.
Sólo tengo palabras de agradecimiento para mis padres que ya no están por esos años tan difíciles que pasaron cuando me dio la Poliomielitis que lucharon para que mi vida fuera lo más grata posible, a mis hermanos, y muy especialmente a mi marido y mis hijos, que siempre están en todo momento cerca de mi, para cuando tengo esos días bajos, siempre con detalles que lo hacen cada día más grato.
Os quiero sois mi sostén y mi alegría, y como no decir que tengo seis nietos que pierdo la cabeza por ellos.
Y a ti Miguel darte siempre las gracias por hacerme la vida más fácil con tu amor, besos para todos.
Hoy es el día mundial de la POLIOMIELITIS, 24 DE OCTUBRE Y TAMBIÉN MI CUMPLEAÑOS.

IRMA GODOY


Fui una niña, más entre los tantos miles de niños que fueron brutalmente atacados en la República Mexicana entre los años de 1960s a los tres meses de edad, de la epidemia de poliomielitis, en esa época lamentablemente muchos niños, murieron y otros sobrevivieron a la más terrible de las epidemias que México recuerda. Aun recuerdo los relatos de esas interminables noches y días que mi madre me solía contar cuando fui mayor, la angustia desesperada de una madre al ver a su hija sufrir las más altas temperaturas, ver como dejaba de tener movimiento mi pequeño cuerpo sentir cuando me tomaba en brazos que parecía una especie de gelatina, el hecho de no saber qué era lo que me sucedía, la angustia e incertidumbre aumentaba a medida que me iba deteriorando por el virus que aún los médicos desconocían como tal, el virus seguía su curso sin poder saber que parte de mi cuerpo estaba siendo atacado por la Poliomielitis.
Me oscultaron muchos médicos pero sólo después de consultar a tantos, un gran medico fue el que finalmente diagnostico la Poliomielitis Infantil. Desde entonces emprendimos una batalla mí madre y yo por 18 años de intensa atención médica, operaciones y grandes horas de fisioterapia y dolor. Aparte de sufrir la enfermedad también sufrí emocionalmente el rechazo de la gente por miedo al contagio, , el rechazo de la sociedad sé hacia manifiesto, en años subsecuentes aún cuando ya se sabía que yo no podía contagiar a nadie..Sin embargo crecí siendo una niña muy extrovertida y con mucha seguridad pues los valores infundidos por mis padres y hermanos que hicieron que yo aceptara mi principio de realidad no como una adversidad, sino como una experiencia de vida distinta a los demás, esto me dio la posibilidad de crecer en otros campos intelectuales y emocionales incrementando mi sensibilidad y percepción de los sentidos comunes que en otras circunstancias no valoraría, teniendo en cuenta que a pesar de ser diferente en mi físico yo tenía otros valores y capacidades que me harían incursionar en un mundo muy distinto.. El dolor siempre fue mí compañero, y aún lo es, fue una infancia llena de contrastes emocionales. Entre aparatos, muletas y accesorios en el transcurso de mi supuesta rehabilitación. Con la fuerza y entusiasmo de una adolescente salí adelante ante la adversidad, mí mayor logro fue el realizar un sueño “Bailar a los 15 años sin aparatos” No, podré jamás olvidar la sensación de libertad de esa noche. Bailar y caminar sin ningún aditamento ortopédico. Mi sueño se había hecho realidad.La vida siguió su curso en una forma”normal” entre estudios y diversiones. Desde entonces entendí que yo podría lograr lo que me propusiera en mis metas en mi proyección mental, Lo que ahora soy es gracias al resultado del amor incondicional de mí padres , a su tenacidad y fortaleza.Tras varias operaciones ( 3 para ser exacta) las cuales me mantuvieron desde los 6 años que fue mi primera intervención quirúrgica entre hospitales y aparatos ortopédicos y así transcurrió mi niñez y adolescencia entre terapias y los estudios , forme una familia, cuatro maravillosos hijos, mis tesoros mas preciados Manifestándose una vez más en mi vida la gracia, de Dios permitiéndome ser madre pues con poliomielitis es difícil engendrar y mucho menos dar a luz.esto me lleva a una lectura que no hace mucho leí y aquí se las comparto
El movimiento por los derechos de la discapacidad desecha la noción de que las personas con discapacidad deban ser valientes o heroicos súper triunfadores, puesto que la mayoría de las personas con discapacidad simplemente tratan de llevar una vida normal, sin inspirar a nadie.Aunque los logros extraordinarios son dignos de alabanza en cualquiera, tenga o no discapacidad, este hecho no refleja la realidad cotidiana de la mayoría de las personas con discapacidad, que tiene que luchar constantemente con retos más pequeños tales como encontrar un autobús con elevador para silla de ruedas, o combatir las creencias de que las personas con discapacidad no pueden trabajar, recibir educación o disfrutar la vida como cualquiera. De acuerdo al pensamiento del movimiento por los derechos de la discapacidad, no es tanto el individuo con discapacidad el que necesita cambiar, sino la sociedad! pero mientras tanto yo seguiré viviendo y disfrutando lo que la vida me brindo, que quizás es mas de lo que merezco!


PEPI GARCIA 



Soy Pepi García Rodríguez de Córdoba, y aquí tienes lo que me contaron de mi historia.
Solo tenía 10 meses, era el mes de febrero del año 1961. Un domingo por la mañana cuando mi madre me vestía sobre una mesa empece a llorar y a no sujetarme de pie, como días anteriores. Pues ya andaba sujetándome en las sillas que ponían a mi paso.

Estuve 8 días con grandes fiebres, el médico del pueblo no le dio importancia diciendo a mis padres que eso era un resfriado. Cuando pasaron 8 días y mi madre intuyo que lo que pedía era el virus de la poliomielitis me llevaron a un pediatra de un pueblo cercano Pozoblanco, y allí se lo confirmaron. Me afectó los miembros inferiores quedándome sin poder caminar hasta pasados los tres años y medio. Me llevaban todos los meses a un médico de Córdoba que me daban corrientes pero no recuperaba nada y a partir de los 7 años ya me empezaron a operar en el hospital de La Paz en Madrid, alli estuve hasta los 14 años. Una vez que murió franco ya se olvidaron de nosotros, ni siquiera nos dieron los historiales médicos. Se crearon las autonomías y nos quedamos perdidos y abandonados por años. Hoy en día tengo el síndrome postpolio y a partir de los 36 años tuve que usar bastones, pero desde hace tres años y a causa de una caída me fracturé él fémur y ya no puedo caminar. Engorde muchísimo, pero con dieta, piscina y muchísima fuerza de voluntad, he recuperado bastante movilidad. Ando cortas distancias con los bastones y estoy en continua lucha por que respeten nuestros derechos. Pertenezco a varias asociaciones y soy una trabajadora  y luchadora incansable.  


MARIA RAFAELA GONZALEZ  


Mi memoria comienza en brazos de mi padre y rodeada de gente vestida de blanco ( contaba yo con 20 meses de nacida y dos de tomado el virus poliomielítico), él me coloca en una cama (también vestida de blanco), luego se aleja y comienzo a llorar. No quería que me deje en ese frío lugar.
Voy a comprar caramelos , me dice y ya una mujer me toma en brazos y él desaparece. Tardó 4 años en volver, otro de los recuerdos es jugar con mi hermanito en los pasillos. Porque son hermanitos le decía una enfermera a la otra.
Me conocí así,junto a mi hermanito Julio Cesar..sobrevivimos (mi hermana Susana María no lo logró,falleció casi a la semana pues le tomó las vías respiratorias), siempre pensé que la peor parte la tuvo mi madre..hoy sé por ser madre, que cualquier mamá no quiere ni un resfrío para sus hijos y ella luchó por dos y 7 hijos más por suerte sin contagio del virus.
Las historias son bastante similares, nosotros tuvimos suerte pues por estar solos ( mis padres de origen muy humilde no podían venir de Entre Ríos a visitarnos), nos salvamos de ser operados, se de muchos que tienen múltiples operaciones
Me acepté con mis aparatos y andar "diferente" tal vez al ver a Julio que se asemejaba en su secuela,no me acomplejé. Sí. me hacía ruido cuando alguien al verme le decía a mi mami..¡qué lástima! y tán bonita que es!!!mmmm eso no me gustaba..inspirar lástima era lo que tal vez me hizo toda la vida demostrar que ¡PODEMOS!...ser trabajadores/as..madres/padres...(mi hermano también lo fué ) y ser lo que la gente llama "normal". Por mi Julio Y mi mami y por tantos pares de todo el mundo es esta lucha.
La polio fué para mi algo natural, claro que me hubiese gustado ser bailarina clásica o andar en bicicleta...pero la vida me dió mucho más que a muchos/as.
Hoy luchamos por médicos CAPACITADOS ,EN SINDROME POST POLIO..Un centro como el de Cuba o Brasil...¿porqué ARGENTINA siendo tán rica todavía no lo tiene?




ESTELA DEL VALLE GUARASCIO


Hoy, 11de octubre hace 63 años que vivo o sobrevivo después de un ataque terrorista de un virus que casi no se conocía: la poliomielitis.
Corría el año 1960, solo recuerdo no haber podido levantarme de una pelela, donde mi madre me puso para hacer pis. No pude levantarme, no tenía fuerzas, con 2 años y 8 meses, supe que eso no era normal. Intenté pararme pero no lo logré. En seguida, todo quedó en tinieblas. Desperté dentro de un pullmotor despues de un sueño que al ver a mi madre a mi lado le conté: "Mamá, unos angelitos me llevaban hacia arriba, me ayudaban a volar, y a través del techo entraba una luz blanca muy fuerte. Les pregunté que había allá, me dijeron, algo hermoso te espera; sentí alegría y mucha curiosidad, pero de repente, me acordé de mis hermanitos y les pregunté si volvería a verlos, me contestaron que no, `¿y a mi madre y a mi padre?`, tampoco dijeron.  Entonces me desesperé y dije, `no voy, no voy!`.  Me aferré a un palo que sostenía el techo muy fuerte y ellos desaparecieron. 

Foto: Internada en ASIR, (antes se llamaba así) instituto del lisiado. durante un año.
Hoy, 11de octubre hace 63 años que vivo o sobrevivo después de un ataque terrorista de un virus que casi no se conocía: la poliomielitis.
Corría el año 1960, solo recuerdo no haber podido levantarme de una pelela, donde mi madre me puso para hacer pis. No pude levantarme, no tenía fuerzas, con 2 años y 8 meses, supe que eso no era normal. Intenté pararme pero no lo logré. En seguida, todo quedó en tinieblas. Desperté dentro de un pullmotor despues de un sueño que al ver a mi madre a mi lado le conté: "Mamá, unos angelitos me llevaban hacia arriba, me ayudaban a volar, y a través del techo entraba una luz blanca muy fuerte. Les pregunté que había allá, me dijeron, algo hermoso te espera; sentí alegría y mucha curiosidad, pero de repente, me acordé de mis hermanitos y les pregunté si volvería a verlos, me contestaron que no, `¿y a mi madre y a mi padre?`, tampoco dijeron.  Entonces me desesperé y dije, `no voy, no voy!`.  Me aferré a un palo que sostenía el techo muy fuerte y ellos desaparecieron.


MANUEL GONZALEZ MUÑOZ

A mí me dio la polio a los dos años y medio . Y nací en un pequeño pueblo de Salamanca, Espeja. Recordarlo la verdad que no lo recuerdo , me vienen pequeñas imágenes o flases , de los años siguientes .Los primeros días con las fiebres , bastantes inyecciones , que era lo que había en aquel tiempo . Pues como a la mayoría , los padres fueron los que tuvon que andar conmigo , de visita a médicos particulares , consultas en el Hospital provincial de Salamanca . En casa muchos paños de agua caliente para poner en las piernas y por el cuerpo y baños completos en una bañera de cinc que mandaron hacer al herrero del pueblo . En Salamanca me prepararon como un molde de escayola de todo el cuerpo , recubierto de vendas , o llamado cama de escayola , para evitar que se torcieran las extremidades . Así me tuvon como unos ocho meses . Pero de caminar nada , las piernas desde entonces como muertas .
Así fueron pasando los meses, hasta que por mediación del alcalde y el cura del pueblo me consiguieron encontrar una plaza y me llevaron al hospital de San Juan de Dios en Bilbao. Allí estuve cerca de un año , me operaron del pie izquierdo , y me puson mis primeros aparatos ortopédicos y me enseñaron a caminar de nuevo , junto con unas muletas . Y ya tenía seis años . A partir de entonces volví a correr , saltar , caerme , romperse   algún aparato y arreglarmelo en casa o el herrero como bien podía .
Pero claro yo seguía creciendo , y entonces ya solicitaron ir a Madrid a la  Clínica de la Paz , y allí iba cada seis meses al principio y luego ya cada año , para cambiarme los aparatos y ver cómo iba . En algunas ocasiones estuvon apunto de operarme pero yo y mis padres no lo veíamos muy claro , y preferí no hacerlo .
Así fueron pasando los años, estudie en el pueblo , y más tarde en el centro de discapacitados del CRMF.  A los 27 años me casé con mi mujer también discapacitada por polio. Hemos tenido dos hijas , y yo estuve trabajando en la ONCE vendiendo cupones cerca de 30 años . Me jubile a los 56 años anticipadamente y ahora voy a cumplir 65.  Y desde hace varios años nos viene afectando la Pospolio , con lo cual tenemos que utilizar , tanto yo con mi mujer , para salir a la calle escúter , pues apenas aguantamos a caminar .