LOS HERMANOS - INMA BLANCO
Mis hermanos
estaban antes que yo, este es un detalle del que siempre he sido consciente,
ser la pequeña en mi familia significaba
gozar de bastantes privilegios, aparte de los propios de tener unas personitas
de quien aprender y que además te cuiden. Mi hermana es casi diez años mayor
que yo, casi, casi una segunda madre. Mi hermano iba camino de los seis años
cuando yo nací, me imagino que tubo pelusa pero yo nunca lo note porque pronto
fue mi héroe.
Y vino la polio
y puso mi mundo al revés, y de forma inexorable el de ellos. Pocas veces
hablamos de los hermanos de los niños con discapacidad, pero soy consciente del
gran pilar que han sido y son para nosotros.
Mi hermana tuvo
que asumir un rol que no le tocaba por edad, paso a ser la que lavaba la ropa a
mano y hacia múltiples tareas de casa para ayudar a mi madre, será por eso que
siempre la vi como mucho más mayor, con la inocencia de una niña pero casi
adulta.
Mi hermano era
un niño tímido pero muy reflexivo (vamos que lo que me faltaba a mi lo tenía
el) era muy responsable por eso desde muy pequeño mi madre confiaba en el para mi cuidado.
Mi hermana era
como un hada mágica capaz de disipar mis terrores nocturnos, era ideal para crear
un mundo aparte y que en momentos de miedo me hacía volar en la noria de la
feria o galopar en los caballitos del tío vivo, siempre dormíamos juntas y ya
más mayores teníamos auténticas trifulcas para decidir quién apagaba la luz,
porque resulta que era tan miedosa como yo o puede que más.
Mi hermano
creaba personajes de voces chirriosas y conseguíamos auténticos duelos de voces
en los que el casi siempre tenía las de perder ya que yo niña malcriada en
cuanto me cansaba llamaba a nuestra madre y por la ley de ventaja del menor era
el casi siempre el que recibía. Pero mi hermano también tenía indios y cowbois
y un tren a cuerda que me hacía alucinar a través de el aprendí que los juegos
de los niños podían ser infinitamente mejores que los de las niñas.
Mi hermana era
una crisálida que cual mariposa se convirtió en una auténtica belleza, que
lidiaba con una “marimacho” como yo intentando pintarme las uñas y que me
sintiera guapa con los vestiditos que yo odiaba esperando que me dejaran
ponerme pantalones.
Mi hermano me enseñó
a ir en bicicleta aguantando por detrás el sillín y engañándome cuando por fin
pude volar sola, también fue el que dio la cara cuando yo baje disparada por la
calle que llevaba a la plaza arramblando con todo lo que se ponía delante.
Mi hermana se pasaba horas conmigo en las tardes de verano en las que no podía correr a causa de la escayola. También se hizo cargo de mi y mis manías con la comida cuando mi madre trabajaba.
Mi hermano me trasladaba sobre su espalda cuando yo no podía caminar.
Mi hermana se pasaba horas conmigo en las tardes de verano en las que no podía correr a causa de la escayola. También se hizo cargo de mi y mis manías con la comida cuando mi madre trabajaba.
Mi hermano me trasladaba sobre su espalda cuando yo no podía caminar.
Mi hermana me
ayudaba a tapar mis travesuras de adolescente.
De mi hermano en
mi adolescencia aprendí a amar la música de The Beatles y a leer muchísimos autores
que no hubiera estado en mis manos si no hubiera sido por él.
Son muchas
cosas, muchos momentos compartidos en los que ellos más que nadie nunca me hicieron
sentir diferente, más bien al contrario, aguantaron estoicamente a una mosca
cojonera a ratos bastante mimada.
Pienso que la mayoría
de niños a quienes nos atacó la polio no somos bastante conscientes de lo importante
que fue contar con ellos, de lo que significó su sacrificio ya que tuvieron que
cedernos mucho más tiempo de nuestros padres, que estuvieron solos en momentos
cruciales y que a pesar de todo nos amaban y nos aman inmensamente.
Creo que por lo
menos yo, no he reconocido de forma suficientemente amplia lo importante que
han sido y son. Hoy y de camino al día mundial de lucha contra la polio, mi
homenaje va para ellos.
Ellos estaban antes que yo......
Y llegue yo la pequeña mimada.....
El invierno antes de que la polio me atacara.....
Acababa de salir de rehabilitación pero ahí estaba mi hermana.....
Lo mejor para mi hermano y yo, los días en Córdoba.
Conmovedor relato amiga. Yo también fui el pequeño, pero te llevo ventaja porque yo tuve seis hermanos mayores. Un día de estos intentaré como tú, hacerles un relato de homenaje
ResponderEliminarPrecioso relato, yo tampoco nunca he hecho un relato de mis hermanos, pero lo haré siguiendo tu estela. Yo tengo un hermano mayor, 2 años y medio, que sufrió la ausencia de mi madre durante nuestro ingreso, y la tristeza y angustia que se instauró en nuestra familia tras mi enfermedad, y los años de sufrimiento...él también sufrió y fue mi héroe y compañero. Luego llegó mi hermana pequeña, y ella me enseñó la alegría. -sin ellos yo no sería tampoco quien soy
ResponderEliminarHe descubierto este rincón que es mágico ..precioso y lindo homenaje que haces a tus hermanos ..eso si que es amor y adoración ..Gracias amiga por compartirlo con tod@s. Abrazos en grandes cantidades.
ResponderEliminarBellísimo tu íntimo y dulce relato
ResponderEliminarPaz
Isaac
Maravilloso registro de nuestras realidades!! Gracias por permitir compartir historias similares con vós Inma. Ojalá algún día pudiésemos reunirnos a viva voz! Un abrazo.
ResponderEliminarMi hermana era 2 años mayor pero estuvimos separadas ella en Ribes de Freser y yo en Barcelona con mis abuelos y tios que ayudaron a mis padres hasta que al fin nos reunimos en Barcelona y yo estaba contenta porque ella me animaba hacer travesuras y me llevaba a cuesta, luego de vacaciones con amigos y bueno era una segunda madre y solo con dos años mas que yo, y siempre hemos estado muy unidas. Desgraciadamente murio va hacer 2 años. Mi sobrino vive conmigo y me cuida. Oh yo a él.
ResponderEliminarIncreíble, sólo eso. Eres un viaje en el tiempo que parece nunca acabar.
ResponderEliminarJuan de Marco