sábado, 23 de diciembre de 2017

EL DÍA A DÍA DE LOS POLIO Y SPP (BUENO Y DE CUALQUIER PERSONA CON DIVERSIDAD FUNCIONAL)





Cuando mi medico rehabilitador decidió hace unos días prescribirme mi primera silla de ruedas no pudo hacerlo en función de mis necesidades reales y tubo que decantarse por una silla de ruedas manual. En España, el poder "darnos el lujo" de movilizarnos con una silla con motor viene determinado por diferentes aspectos el principal y fundamental depende de la comunidad autónoma en la que tengas la suerte de vivir. Cataluña por ejemplo no se define por una mayor sensibilidad respecto a nuestro colectivo, este hecho, unido a los recortes presupuestarios de los últimos años comportan que sea bastante difícil obtener las ayudas técnicas adecuadas a nuestro estado de salud. Los requisitos y las pegas van en aumento en las diferentes comunidades autónomas y cuando la mayoría miramos extasiados ayudas técnicas que parecen salidas del futuro y que bien seguro nos harían la vida mucho más facil, dichas ayudas solo son posibles dependiendo de tu estatus económico porque en esto de la discapacidad tambien influye y mucho el nivel adquisitivo que tengas. En el caso de las ortesis he visto autenticas virguerias y mientras las personas afectadas por polio y SPP arrastran desde pequeños aparatos de un peso descomunal, hace años que aquellos que pueden pagarlos utilizan aparatos ortopédicos de fibra de carbono, nada que ver para unas maltrechas piernas que con el paso de los años y con el SPP difícilmente se aguantan. Sin querer alargarme más, me ha parecido interesante compartir dos experiencias de dos personas que teniendo en común la polio y el SPP vive cada una de ellas al otro lado del Atlantico. Podréis ver que hay muchas similitudes, entre España y Argentina

MARIA GOMEZ CAMINERO - SEVILLA - ESPAÑA




El bitutor que necesito para poder caminar cuesta casi 5.000 euros. 
La Inseguridad Social no cubre ni un céntimo de euro. 
Lo que contemplan es una especie de máquina de tortura con la que tuve que convivir más de 30 años, hasta que decidí pagarlo para poder caminar sin rabiar de dolor. 
Para desplazarme también utilizo muletas. Las que me dan son grandes, pesadas y no me sirven. También las pago. 
El Síndrome Post Polio me hizo entrar en el mundo de las ruedas. 
La scooter más sencilla vale más de 1.000 euros. 
La Inseguridad Social, si lo consigues después de mucha lucha, te receta una silla de ruedas eléctrica que te dan en la Ortopedia elegida por el Hospital de turno. 
El mercado de ayudas técnicas está monopolizado. 
Abusan con los precios y el trato. 
Saben que no nos queda más remedio porque los necesitamos. Y son protegidos en sus dinámicas porque al final, todo queda en casa. 
La Inseguridad Social me desahució, me llenó de química y casi me mata probando distintos medicamentos para tapar mis dolores. Que no desaparecían, sin embargo, seguían destrozando mi hígado, riñones, y demás órganos. 
Decidí recurrir a la medicina alternativa. Tengo que reconocer que la homeopatía me salvó la vida. 
Me cuesta mucho dinero al año también. 
Mi cuerpo necesita tratamientos físicos. Los enfermos crónicos no contamos en los servicios de rehabilitación gratuitos. Tengo un mago que me salva cada semana. 
Por supuesto, previo pago. 
Y así todo. Y así todos. 



DIANA MARTINEZ - LA PLATA-BUENOS AIRES- ARGENTINA



Las personas con diversidad funcional estamos presos del sistema. Presos del sistema médico asistencial, presos de las pensiones históricas de hambre, porque necesitamos de una mutual para tener nuestros aparatos ortopédicos, nuestros remedios para seguir viviendo. Para los que no saben, muchos de nosotros, en la provincia eligimos la pensión de provincia que es de casi 800 p. porque de esa manera, tenemos IOMA que cubre el 100% del tratamiento. No es tan fácil que te den el remedio o lo que necesites aunque de ello dependa tu vida. Otros, pocos, tenemos la pensión de Nación, (que deben ser 3000 p.?) la mutual es PROFE que no cubre un carajo, pero podemos morfar una semana más sin que nos tenga que mantener la familia. Otros tenemos Pami, otra mierda, porque hemos hecho aportes jubilatorios y cobramos la mínima como cualquier jubilado, otra miseria, siendo que es muy caro vivir con una discapacidad. 
En mi caso, necesito de una ortesis y un par de muletas para poder movilizarme, son parte de mi cuerpo, sin ellas, me arrastraría, caminaría con el culo, y el culo está para cagar, no para caminar. Estos aparatos ortopédicos, ya viejos y únicos, son los únicos elementos que necesito, en mi caso como asistencia. Tampoco es tan fácil que te los den. En el 2014 fue la última vez que me proveyeron de una ortesis que pesa 3,5 kg para soportar en una pierna con polio y la tengo que usar desde que me levanto hasta que me acuesto los 365 días del año. La anterior era más pesada. Algo apropiado es caro y como va a licitación siempre te dan lo más barato para el usuario, el gran negocio lo hace la mutual y la ortopedia.
No escribo ésto para causar lástima, sino para informar a todos los que salieron a cacerolear, que me encantaría encontrarlos en alguna de nuestras manifestaciones, no pidiendo temerosos por sus sistemas jubilatorios, sino dejando de estar gobernados por el bolsillo y luchando por otras realidades, la de los diversos, la de los otros, la de los monstruos, la de los que nadie quiere llegar a ser! Los veo en la calle!



PORQUE NO ES LO MISMO ESTO......


QUE ESTO................




1 comentario:

  1. Pues en Costa Rica andamos parecidas! Necesito de ortesis y muletas y aunque ambas me las da la CCSS eso sucede cada dos años y son de las pesadas! Por lo tanto me movilizo muy poco!

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